La semana pasada se proclamó la “normalización” de la CGT Regional La Plata, con la presencia de Saúl Ubaldini, frente a la única” de Andreoni. Daniel Fernandez, secretario general de la UOCRA, y ahora de la Regional “Azopardo” es responsable de haber entregado grandes luchas y de haber negociado el despido de decenas de activistas entre ellos los de Techint.

La decisión de apresurar el parto de la “nueva CGT” tiene que ver con la interna peronista. La CGT “única” apoya la candidatura de Carlos Brown a la gobernación de la provincia, después que Di Tomasso, de la UOM, Lucero, de UTA, y Quintana, de UPCN cambiaron la camiseta cafierista después del plebiscito.

Di Tomaso reclama ahora “la urgente reformulación del gobierno bonaerense para afianzar un poder político que posibilite dar respuesta a las necesidades de la ciudadanía. Este poder debe darse acordando fundamentalmente con los sectores sociales y las entidades do la producción como el único camino posible para movilizar las grandes riquezas de la provincia…” que es lo que reclaman el Citibank y Bunge y Born.

La CGT Azopardo surge en condiciones de extrema debilidad, pues no ha podido arrastrar a gremios “ubaldinistas” como el Supe, la UTA o el mismo ATE.

Ausente de toda iniciativa de lucha y reducida a maniobras de aparato, la constitución de la CGT Azopardo pasó inadvertida para el plenario de delegados de Ensenada que sesionó 48 horas antes.

La “normalización” culminó con un acto de menos de 1.000 personas en el que Ubaldini planteó que “no hay que apresurar con los planes de lucha” y que había que esperar hasta el Congreso Nacional de la CGT del 17 de octubre para definir sí se abría una etapa de “campaña política o sindical”.

Ubaldini quiere colocar al movimiento obrero detrás de una campaña electoralista, y persiste en aislar y atomizar la lucha de los trabajadores.