Políticas

15/2/1998|573

Plebiscito ya

Para mandar a la cárcel a todos los asesinos

Menem acaba de habilitar el tratamiento de la derogación de las leyes de punto final y de obediencia debida para consumar el objetivo más pérfido de todos sus más pérfidos objetivos.


El indultador de los autores de los crímenes de lesa humanidad, se quiere valer de la cobardía y de la complicidad de los ‘representantes del pueblo’ para enrostrarle al pueblo la inviabilidad completa de sus reclamos de justicia y la impotencia política de sus movilizaciones.


No es solamente que Menem ya sabe que la derogación de esas leyes no contará con mayoría en Diputados; que de todos modos no pasará en el Senado; o que en última instancia él ya anunció que impondrá el veto a cualquier anulación. No es sólo esto.


Menem sabe, por sobre todo, que el 99% de las Cámaras quiere la vigencia de esas leyes que ya votó en el pasado. Sabe también que los que lo hagan en contra no quieren su derogación sino dar un voto “testimonial”. Menem sabe que la cúpula de la Alianza y del Frepaso ya repudiaron la propuesta de derogar estas leyes y la calificaron de‘chiquilinadas’.


Menem quiere que los ‘opositores’ digan y re-juren en el Congreso que defenderán los ‘derechos adquiridos’ de los asesinos y la continuidad jurídica de la impunidad del conjunto del aparato estatal de los explotadores.


¡El pueblo ya sabe todo esto, claro! No tiene la menor expectativa en sus ‘representantes’. Pero está todavía preso de su propia falta de una salida. A falta de una ilusión, Menem quiere gobernar sobre el escepticismo.


Necesita proceder de este modo para poner fin al acorralamiento al que lo somete la movilización popular.


Pero la salida existe. Independiente de los partidos patronales y carreristas, esa salida existe. No le cabe al Congreso decidir; el pueblo debe hacerlo en forma directa. Que se convoque a un plebiscito. Vayamos con esta consigna, el miércoles 4, en masa al Congreso. Desenmascaremos a los impostores. Clarifiquemos ‘los tantos’. El reclamo de un PLEBISCITO YA PARA ENCANAR PARA SIEMPRE A LOS ASESINOS, abre una perspectiva a la movilización popular, es decir que es una salida.


No estamos mirando para atrás. Con la memoria de los 30.000 compañeros desaparecidos, sí, estamos pensando en Bru, en las chicas de Cipolletti, en María Soledad, en Núñez, en Dock Sud, en Ingeniero Budge, en Bulacio, en Cristian Campos, en Mirabete, en Bordón, en Bonino, en Cabezas, en los miles de chicos y chicas que sufren la represión de este régimen de explotación salvaje, y en los miles de luchadores que son perseguidos por defender los derechos de los trabajadores.