Políticas

14/10/2020

Polémica con el bloque K en la Legislatura porteña: el gobierno de CFK es responsable político del asesinato de Mariano Ferreyra

El jueves 8 de octubre se desarrolló un debate ilustrativo en la sesión de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires.

En la sesión de la Legislatura porteña del jueves 8 de octubre, Gabriel Solano, legislador del Frente de Izquierda y dirigente del Partido Obrero presentó una declaración en homenaje a Mariano Ferreyra al cumplirse el próximo 20 de octubre el décimo aniversario de su asesinato. La declaración presentada sostenía: “la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires expresa su homenaje al militante del Partido Obrero Mariano Ferreyra al cumplirse el 10 aniversario de su asesinato, que fuera consumado por una acción coordinada de una patota organizada por la burocracia sindical de la Unión Ferroviaria comandada por José Pedraza y la Policía Federal Argentina. Al momento de su asesinato Mariano se encontraba participando de una acción de lucha de los trabajadores del ferrocarril contra la tercerización laboral impuesta por los empresarios a cargo de la administración del ferrocarril. Mariano Ferreyra se ha transformado en una bandera de lucha para la juventud trabajadora contra la precarización laboral, que ayer como hoy impulsan los empresarios y los gobiernos. A 10 años esta Legislatura exige a su vez el juicio y castigo a los responsables políticos y empresariales de su asesinato.”

Los legisladores del Frente de Todos rechazaron acompañar esta declaración. Por su parte, presentaron otra, que eludía mencionar a quiénes fueron los asesinos de Mariano y, en su presentación, propusieron agradecer a Cristina Fernández, en ese entonces presidenta, por su “rol” en “la resolución” del caso.

 

Blanco sobre negro, la posición del bloque K, de ocultar las responsabilidades politicas y materiales del crimen de Mariano, a pesar de las mismas fueron incluso determinadas por la Justicia luego de una enorme lucha popular ya en el año 2013 -tanto la de los comisarios como la de la dirección de la Unión Ferroviaria mencionadas en la propuesta de declaración del FIT- se explica en la necesidad de intentar encubrirlas, por el vínculo estrecho que los mismos mantenían con las mayores autoridades del en ese entonces Gobierno, encabezado por Cristina Fernández. Muchos de las cuales, persisten hasta hoy.

Por otra parte, el agradecimiento a Cristina Fernández resulta una impostura inadmisible: Cristina Fernández era aliada de José Pedraza (días antes del crimen se había mostrado con las cúpulas sindicales en un acto en River Plate), quien formaba parte de un entramado mafioso sostenido y financiado desde el Estado, en el que todos se enriquecían a costa de la tercerización laboral –contra la que luchaba Mariano Ferreyra.

Consumado el crimen, Cristina Fernández no intervino de forma de poner fin al mismo y separar a los responsables políticos de su gobierno para colocarlos a disposición de la Justicia. Por el contrario, debimos escuchar a Aníbal Fernández, quien comandaba la Policía Federal diciendo que su accionar había sido impecable, al ministerio de Seguridad encerrando a los trabajadores ferroviarios compañeros de Mariano y a muchos escribas oficiales acusando al Partido Obrero de ser los responsables, además de conspirar por la impunidad de José Pedraza y su séquito. La intención del kichnerismo no es otra que sepultar los hechos históricos que cuestionan a todo el régimen político que comandaban. En estos días, el gobierno de Alberto Fernández y Cristina Fernández se reúne con la misma burocracia mafiosa para llevar adelante un pacto social que pagarán los trabajadores.