Políticas

28/12/2016

Policía de la Ciudad: Pacto entre Rodríguez Larreta y los comisarios

El nuevo jefe será un “Federal”, no un civil. Se trata de José Potocar, egresado de la academia del FBI.


La nueva Policía de la Ciudad entrará en funciones el 1 de enero y Rodríguez Larreta ya definió quién será su jefe. Se trata del Comisario Inspector José Potocar, quien hasta el día de hoy fue director de las 54 comisarías de la Ciudad. Entre los pergaminos que destacaron desde el gobierno, se encuentra su conocimiento del funcionamiento de las comisarías, su graduación en el FBI y su experiencia en materia de “lucha contra el narcotráfico” y control de la protesta social.


El significado de la designación de Potocar es la continuidad de la estructura mafiosa de las comisarías porteñas. Rodríguez Larreta desistió de nombrar a un civil al frente de la fuerza y ha pactado con los comisarios su designación. La ley que crea la nueva policía establecía una dirección “civil” para la fuerza. El ministro Ocampo ha encontrado una argucia técnica para designar a Potocar.


De todos modos, una dirección civil de la nueva policía era un intento de presentar la corrupción y la descomposición policial como un fenómeno aislado. Pero la realidad es que responde a la descomposición más general de un régimen social y un Estado que ampara el delito, el lavado de dinero, el juego privado y el blanqueo de capitales. Un régimen social que necesita de lucrativos negocios como el narcotráfico y la trata de personas para sostener su economía y finanzas en crisis.


La ley votada en la Legislatura ya contenía una primera cuota de este pacto en la legalización del sistema de adicionales que, como denunció Ramal en el recinto, “es el punto de partida para la privatización de la seguridad, la formación de cajas paralelas y de un sistema de coacción de los comisarios sobre sus subordinados fundado en prebendas económicas”. La designación de Potomar ha dejado a la intemperie a los legisladores del kirchnerismo y de Lousteau, que detrás de la jefatura civil y de una ficticia participación ciudadana a través de de foros vecinales, presentaron la nueva policía como un paso adelante y le dieron sus votos al PRO.


El anuncio del nuevo jefe ocurre mientras salen a la luz resonantes casos de corrupción y connivencia con el delito de numerosos jefes de la Federal. En la 51ª de Nuñez por proteger a cambio de coimas al cabaret “Pampita”, en la 12ª de Caballito por amparar a bandas de secuestradores. Dos jefes de la Federal están procesados por enriquecimiento ilícito. El comisario Claudio Lucione y el comisario inspector Osvaldo Tapia. Lucione, retirado, tiene actualmente un contrato como asesor en el M. de Justicia de la Ciudad y fue jefe de seguridad de Boca en el primer mandato de Angelici.


En este cuadro, la rebelión popular en Flores provocada por el asesinato de Brian estuvo largamente anunciada. La pueblada contra la comisaría 38 demuestra que la población trabajadora de la Ciudad es consciente de la “participación necesaria” de las comisarías en la proliferación de la inseguridad que la afecta cotidianamente. Como vemos, la nueva policía ciudadana no tiene nada de nuevo, recicla a corruptos y refuerza a represores. Un lavado de cara necesario en tiempos de ajuste al que se han prestado todos los partidos patronales que actúan en la Ciudad.  Hay que investigar y destituir a todas las cúpulas comprometidas con hechos delictivos y abrir las comisarías al control popular a través de asambleas de vecinos, trabajadores y organismos de derechos humanos, como parte de una transformación social que termine con las lacras delictivas generadas por la descomposición social imperante.