Políticas

23/12/2010|1160

Unamos al pueblo de la Ciudad: Por el derecho a la vivienda y al espacio contra los gobiernos de la especulación inmobiliaria

Declaración del Partido Obrero de la Capital

Hace una semana, miles de familias ocuparon el parque Indoamericano.

Hoy pasa lo mismo en Lugano, en un club lindero a Ciudad Oculta.

También en Retiro, junto a la Villa 31.

La conclusión es clara: la falta de vivienda se ha vuelto una carga insoportable.

Una de cada cinco familias no tiene un techo digno.

La inflación carcome los salarios por lo que cada vez es más difícil pagar los alquileres.

Pero los alquileres también suben, al compás de la inflación.

Las villas estallan de nuevos vecinos: son los que se fueron de pensiones o departamentos que ya no podían pagar. Esos inquilinos villeros pagan 800 pesos por un cuarto.

Los vecinos de Lugano reclaman por las canchas del club que han sido ocupadas.

Son espacios necesarios para la recreación y el deporte, es cierto, pero para recuperarlos tenemos que apoyar el reclamo de vivienda de los ocupantes y el derecho a la vivienda de otras 120.000 familias de la Ciudad que las necesitan. La Unión Ferroviaria hizo un paro por la “recuperación del terreno usurpado” en Retiro, pero no reclama una vivienda para los ocupantes, ni siquiera para sus propios afiliados.

La burocracia sindical aprovecha para sí la crisis de vivienda, para formar ‘cooperativas’ con fondos del Estado, las que facturan por cuatro veces el valor de construcción.

Llamamos a los vecinos de Lugano que tienen una vivienda a que reflexionen que muchos de ellos la consiguieron mediante una lucha y que el costo de su mantenimiento crece más allá de sus posibilidades, como consecuencia de la inflación y de la caída del poder adquisitivo de los salarios.

Hay que unirse por objetivos comunes y neutralizar a los que quieren armar una cruzada contra los habitantes de las villas; después de todo no fueron éstos los que han dejado al Indoamericano como una tierra de nadie durante décadas, ni los que han descuidado a los clubes de barrio de la Ciudad ni los que mantienen en la podredumbre el Riachuelo.

Mientras Puerto Madero tiene hoy un espejo de agua y un circuito para el remo, el Riachuelo se sigue pudriendo porque en su ribera no hay edificios en torre: allí viven villeros y vecinos pobres.

La especulación inmobiliaria está destruyendo la infraestructura de importantes barrios de la Ciudad, con la consiguiente privación de espacios de luz, como lo manifestaron sus vecinos en luchas recientes.

• Viviendas para todos.

• Parques para todos.

• Clubes para todos.

• Nada de impuestos para los propietarios de vivienda única.

• Por un fondo de mantenimiento de las viviendas de la Ciudad, financiado por un impuesto a los especuladores inmobiliarios.

El pacto Macri-K

Las nuevas ocupaciones se producen después del acuerdo entre el gobierno nacional y el de Macri.

Ese pacto no ofrece ninguna solución, salvo la de castigar a los que luchan mediante la privación de las viviendas que Macri y CFK tampoco se han comprometido a construir.

Pobres, pero no incautos: hace décadas que se los viene ‘bicicleteando’.

El “pacto” no prevé sanción alguna para sus firmantes, los gobiernos, cuando no construyan las viviendas a las que tampoco se han comprometido.

Los inquilinos de las villas tuvieron que tomar el reclamo por vivienda en sus propias manos -como lo hicieron los que hoy tienen una vivienda, que se movilizaron para obtenerla.

Quienes hoy viven en ella deberían tener en cuenta esa historia y apoyar a los que reclaman un techo.

Si se obtuviera la parquización del Indoamericano, ello sería un resultado de la ocupación de hace unos días.

Antes de eso, ni el gobierno ni los defensores del “espacio público” habían hecho nada por ello.

Los gobiernos y sus punteros son los responsables de que vivamos en viviendas que se deterioran, sin servicios adecuados, sin espacios verdes ni recreativos.

Unamos a los sin techo con todos los vecinos de la Ciudad para luchar por:

1) Disponer las tierras públicas y predios ociosos, así como de todos los terrenos de la Corporación del Sur, para emprender una urbanización y viviendas de carácter social, a un costo financiado del 10% del salario promedio;

2) plan de habilitación de los parques de la Ciudad y construcción de polideportivos municipales, planes de desarrollo para los clubes de barrio;

3) integración de los recursos de Ausa, Corporación Puerto Madero y del Sur, y del Banco Ciudad para financiar la construcción de un mínimo de 5.000 viviendas al año;

4) aplicación, al mismo fin, de un impuesto extraordinario a las grandes corporaciones con sede en la Ciudad a partir de la segunda y más viviendas, a las desarrolladoras y constructoras a partir de un nivel de beneficios;

5) control vecinal de la calidad y los costos de las construcciones, mediante consejos electos por asambleas;

6) concesión de créditos a tasa cero para la adquisición de viviendas, la cual sería recuperada por recaudación de impuestos, generada por el plan de construcción de viviendas;

7) empadronamiento y capacitación de los desocupados para su participación, con salario y convenio, en la construcción de las viviendas y el derecho a su adquisición.

Por la independencia y auto organización del movimiento vecinal.