Políticas

2/5/2002|752

Por la unidad de los que luchan

El 17 de marzo, con la presencia de más de 150 asambleas populares y casi cinco mil personas, la Interbarrial Nacional o Asamblea Nacional de Asambleas Populares, votó por unanimidad la siguiente resolución:


"1° de Mayo, movilización y acto donde hablen las asambleas barriales, organizaciones estudiantiles, trabajadores ocupados, desocupados y organizaciones de derechos humanos".


Luego, cuando la comisión de prensa de la Interbarrial publicó las resoluciones e incluso un afiche, sorprendentemente, aquel punto sobre el 1° de Mayo quedó formulado así:


"1° de Mayo, movilización y acto de las asambleas barriales, organizaciones estudiantiles, trabajadores ocupados, desocupados y organizaciones de derechos humanos".


Esto es: el mandato que decía donde hablen fue reemplazado por la preposición de, lo cual, lógicamente, alteraba todo el sentido y el contenido del acto que se convocababa. De inmediato, el autor de aquella maniobra *dirigente del Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST)* dijo que había cometido un error y pidió disculpas. Los hechos posteriores mostrarían que no hubo error alguno, sino la intención, por entonces todavía solapada, de quebrar la unidad de las asambleas en torno de la organización del acto por el Día Internacional de los Trabajadores.


Por cierto, la cuestión de oradores o documento único, de apariencia formal, escondía y aún esconde un problema político de fondo, una bifurcación de caminos en cuanto a lo que se propone para resolver la crisis política argentina. Por eso, sólo constituye un engaño más el intento de los grandes medios periodísticos que procuran presentar el asunto, como si se tratara apenas de una lucha pequeña entre aparatos partidarios, más allá de las mezquindades que efectivamente han servido y sirven para escamotear y ocultar la política de conciliación con el régimen político. Pero vamos por partes.


La unidad del silencio


Aquella resolución de la Asamblea Interbarrial Nacional confluía con la tomada por la Asamblea Nacional de Trabajadores ocupados y desocupados "organizada por el Bloque Nacional Piquetero" que sesionó en la Plaza de Mayo y en Avellaneda el 16 y 17 de febrero. Esa decisión fue ratificada el 15 de marzo, cuando culminó la Marcha Nacional Piquetera en la Plaza de Mayo que volvió a unir la lucha de piquetes y cacerolas.


Por cierto, cuando hablamos de unidad hablamos de unidad en la lucha, no de un utópico y reaccionario pensamiento único, de una uniformidad grisácea, como si la lucha de clases pudiera analizarse con el paralelogramo, siempre inestable, de los precarios acuerdos entre fuerzas políticas. Los "documentos únicos", como ocurrió el 24 de marzo, son en todos los casos un remiendo lavado de posiciones contrapuestas, en los que nada sustancioso puede decirse. Es la unidad del silencio, que para nada sirve.


En cambio, la unidad de acción, la unidad de la lucha, implica por defini ción, debate y polémica, permitir a todos expresarse en libertad de acuerdo con los principios de la democracia obrera. Eso fue desde siempre el Bloque Piquetero; eso fueron, desde su nacimiento, las Asambleas Populares; eso son los frentes sindicales combativos que empiezan a recuperar sindicatos de manos de la burocracia en todo el país, como es el caso, por citar el ejemplo más reciente, del Sindicato del Pescado en Mar del Plata. A nadie se le puede ocurrir en esos ámbitos amordazar a sus compañeros, evitar el debate, imponer el silencio oscuro de los "documentos únicos".


Detrás de las mentiras


Se podría hacer un largo listado de las maniobras, mentiras y bajezas a las que se echó mano para romper el acto del 1° de Mayo, para poner todos los obstáculos posibles a la confluencia de las Asambleas con el Bloque Nacional Piquetero. Sin embargo, preferiremos hablar sobre todo de política, porque ella explica las actitudes de unos y de otros (la estrategia, se sabe, determina las tácticas, y una estrategia que necesita escamotearse obliga a las maniobras y a las mentiras; éstas son, por tanto, sólo la resultante secundaria de aquélla).


La Comisión organizadora del acto del 1° de Mayo, que se hará en el Obelisco, dice en uno de sus puntos:


a) Ante la existencia de un acto convocado unilateralmente por el Partido Obrero y el Bloque Piquetero en la Plaza de Mayo para el mismo día y hora se hicieron los mayores esfuerzos para tratar de acordar la realización de un acto único…


Aquí todo es presentado patas para arriba, como si el acto del Bloque Piquetero, la CTD Aníbal Verón, las Madres de Plaza de Mayo y las comisiones internas de Brukman y Zanón, entre otras, fueran algo ajeno a la convocatoria de las Asambleas, como si no hubiera existido aquella resolución de la Asamblea Interbarrial Nacional, como si no hubiera sido esa resolución la que se rompía al organizar un acto paralelo. En ese párrafo hay casi una mentira por cada palabra, y la peor de ellas, porque cae en un macartismo absurdo, es la que habla de "un acto convocado unilateralmente por el Partido Obrero", muletilla repetida insistentemente por los medios de prensa en estos días. La ecuación que intenta presentarse es más o menos ésta: Bloque Piquetero = Polo Obrero = Partido Obrero, de lo cual se desprende que la Aníbal Verón y Hebe de Bonafini, por ejemplo, han decidido ir a un acto del PO. Semejante argumento necesita contar con un auditorio de tontos.


Empero, como decíamos antes, la mentira es herramienta indispensable cuando se trata de contrabandear determinadas políticas que no pueden confesarse abiertamente. Pero es cierto que la mentira tiene patas cortas, y retazos de verdad se cuelan entre los propios argumentos de los rupturistas. Por ejemplo, esa misma comisión organizadora explica:


b) Al tomar conocimiento, en las últimas horas, que la CTA y la CCC realizarán otro acto en la Plaza Congreso, también mantuvimos una reunión con ellos para proponerles unificar… En ambos casos, la propuesta que se les acercó, es que de ser posible llegásemos a la elaboración de un documento conjunto, tomando como ejemplo la exitosa respuesta a la convocatoria para el 24 de marzo…


Esa y no otra es la madre del borrego. ¿Qué "documento único" podría hacerse con las direcciones de la CTA y de la CCC, con las organizaciones que han concertado con el gobierno una tregua a cambio de nada, con los que ahora, como el señor D'Elía, denuncian a los piqueteros por cortar rutas, con los que llegaron al extremo de levantar el paro del 20 de diciembre del año pasado, porque, según ellos mismos dijeron, ya les resultaba imposible "controlar" a la gente que, en ese mismo momento, volteaba a De la Rúa? La respuesta es simple: se puede hacer un "documento único" como el que hicieron el 24 de marzo con el ARI, de Elisa Carrió; con el Frenapo; con la burguesía raquítica, alineada tras el Plan Félix; con la burocracia sindical "progresista"; con los que entregaron la ruta a cambio de planes Trabajar, que ni siquiera llegaron.


Por eso, para imponer esa política, necesitaban romper con los piqueteros del Bloque y de la Aníbal Verón, porque éstos pugnan por agrupar a los que luchan, al pueblo que se levanta contra el sometimiento nacional, contra el hambre y la miseria. Poco falta, seguramente, para que nos inviten a dejar las calles y marchar mansamente al cuarto oscuro, para poner en la urna alguna boleta que los lleve a ellos al Parlamento, donde con toda comodidad, según suponen, podrán hacer sus enjuagues.


En una de las reuniones que se hicieron estos días para tratar, infructuosamente, de salvar la unidad, alguien dijo, mientras señalaba a los compañeros del Bloque y de la Aníbal Verón, que ahí no estaban todos los piqueteros. Néstor Pitrola, del Bloque Nacional Piquetero, le contestó:


Compañero, aquí estamos todos los piqueteros que queremos luchar. Los que acordaron la tregua, lógicamente, están en otro lado.


¿Dónde? Por lo que se ve, el 1° de Mayo estarán en Congreso, algunos; en el Obelisco, otros.


Pero, en la Plaza de Mayo, el pueblo argentino tendrá su punto de referencia, para darle al movimiento gestado el 19 y el 20 de diciembre la herramienta organizativa que necesita.