El gobierno aplicó un incremento al impuesto sobre los combustibles líquidos (ICL) y al dióxido de carbono (IDC), en su objetivo de avanzar un el ajuste fiscal brutal, como promete al FMI. Así, YPF aumentó 6,4% la nafta desde esta madrugada y luego lo hicieron Shell y Puma y Axion. El litro de nafta súper pasó a $744, mientras que la premium quedó en $918, mientras que la diesel pasó a $784 y $998, respectivamente. Este aumento se trasladará a toda la cadena productiva y a las tarifas, por lo que es un nuevo acicate de la estampida inflacionaria y va configurando un verdadero Rodrigazo.

Milei, que hizo toda su campaña diciendo que se cortaría un brazo antes de aumentar los impuestos, no para de revolearle nuevos impuestazos en la cabeza a los laburantes. Este incremento de la nafta no solamente lo pagarán los consumidores en el surtidor, sino también en cada producto, cuando la inflación no baja del 20% y promete seguir subiendo. En paralelo, sigue sin haber anuncios para salarios y jubilaciones, que continúan perdiendo poder adquisitivo estrepitosamente. Milei es un empobrecedor más que viene a aplicar un golpe mortal contra nuestros ingresos.

Según la disposición, a partir de este jueves se aplicarán los gravámenes de 2021 y 2022 y los correspondientes a los diferentes trimestres de 2023 se pasan para marzo, abril y mayo. Así, a partir del 1 de marzo, los impuestos van a aumentar $32,891 por litro por la actualización del primer y segundo trimestre de 2023. A partir del 1 de abril, subirá $ 34,049 por litro por la actualización del tercer trimestre de 2023 y a partir del 1 de mayo habrá otro aumento de $70,255 por litro por el cuarto trimestre de 2023. Desde el 1 de junio, los impuestos aumentarán nuevamente por la variación del IPC del primer trimestre de 2024.

“En menos de tres meses, los precios de los combustibles subieron 172% en promedio. Previo al balotaje del 19 de noviembre, un litro de nafta súper de YPF costaba alrededor de $275 en la Ciudad de Buenos Aires, mientras que actualmente vale $745″ (La Nación, 1/2). “Y si se lo considera en forma interanual, el alza superó también a la inflación general. Eso ya se tradujo en una caída de la demanda del 20%” (Clarín, 1/2).

Incluso, los naftazos le vienen ganando a la devaluación, ya que en ese período los combustibles se encarecieron un 12% medido en dólares. Esto quiere decir que las petroleras vienen acoplando los precios del mercado interno con los precios internacionales, es decir que las patronales vienen engordando sus bolsillos a costa de que los los consumidores paguen la nafta a precio de exportación.

Para el FMI el impuesto a los combustibles es fundamental. Cuando el board del Fondo Monetario Internacional aprobó la revisión del acuerdo con Argentina, mencionó que el superávit primario del 2% que establece el convenio se apoyará en “el refuerzo de los impuestos sobre el combustible, junto con la reducción de los subsidios a la energía y el transporte, los costos administrativos y el gasto discrecional menos prioritario”, lo que significa esto constituye solo la primera parte de un programa de ajuste más profundo.

A su vez, la Secretaría de Energía a cargo del Ministerio de Economía informó un aumento de los biocombustibles. El porcentaje de incremento va desde el 1% hasta el 25,9%, lo que es otro factor de presión al precio de las naftas y el gasoil. La liberalización de precios que establece el DNU y la Ley Ómnibus solo agravarán el cuadro para quienes viven de su salario. No podemos seguir siendo los trabajadores lo que paguemos el ajuste, hay que enfrentarlo en las calles.

https://prensaobrera.com/politicas/esta-ley-es-parte-de-un-plan-de-guerra-contra-las-y-los-trabajadores