¿Por qué defendemos a los trabajadores de Télam?

Miles de trabajadores, organizaciones sociales, políticas, sindicales y de derechos humanos se congregaron en la puerta para llevar adelante un abrazo simbólico en defensa de la agencia.

Corresponsal.

Luego de que el presidente de la nación, Javier Milei, anunciara el cierre de la Agencia Télam como parte de su política de ajuste fiscal y en el marco de un ataque brutal a la libertad de expresión, miles de trabajadores, organizaciones sociales, políticas, sindicales y de derechos humanos se congregaron en la puerta para llevar adelante un abrazo simbólico en defensa de la agencia.

Sucede que el cierre de Télam representa un enorme golpe a las libertades democráticas de este país, pero también a la producción periodística y de investigación. Un gran porcentaje de las noticias que leemos todos los días en todos los medios provienen de la cablera y el portal de Télam, el único medio que tiene cobertura a lo largo y ancho del país. También exporta servicios, es decir, contenidos. Su servicio de último momento es el que alimenta a todos los diarios, todos los días, siempre.

Fuentes internas de Clarín informan a LadobNews que, en Enero, por ejemplo, se compró el servicio de 400 fotos por 400.000 pesos y el servicio de cables completos por 301,500 pesos. Desde La Nación indican que para la sección Policial, los cables son indispensables “por la calidad de su información y por la presencia en numerosos casos o por su cobertura, como en los juicios donde solo la agencia pública de noticias cubre”. En la sección Fotografía, indican que “Se usa muchísimo. Las agencias internacionales no te cubren nada, ni partidos ni nada. Al menos, por día, cinco eventos se publican. Pero en la web, descargamos y publicamos casi todo” (LadobNews, 3/3).

El informe de octubre de 2023, con respecto a la producción de contenido por mes, afirma que Agencia Télam produjo un total de 20.261 piezas. En paralelo, la descarga y utilización de esos insumos por parte de medios del servicio periodístico fue de 450.005 piezas. A esto, el área Télam Digital suma un servicio de contenidos de acceso libre desde su sitio web y redes sociales, es decir ofrece el 80% de la materia prima de todo el servicio periodístico.

A lo largo de su historia muchas veces estuvo en peligro su continuidad. Siete veces intentó ser cerrada, vaciada o privatizada, por gobiernos de todo tipo y color. Sus trabajadores le han hecho frente a incontables ataques por parte de gobiernos de todo tipo y color como parte de la ofensiva general dirigida a liquidar decenas de miles de puestos de trabajo en el Estado, imponer convenios y salarios a la baja y avanzar en políticas de censura.

Contrario a lo que trata de instalar el Ejecutivo, esta lucha también estuvo presente bajo el gobierno kirchnerista, quien intentó utilizar a la agencia de noticias como plataforma de propaganda oficial, lo que motivó durísimos choques con sus periodistas. Sin ir más lejos, hubo 38 días de paro frente al despido de dos periodistas en el gobierno de Kirchner y, más acá, debieron crear una Télam “paralela” manejada por La Cámpora, ante los sucesivos fracasos en disciplinar a los trabajadores en torno al “relato” oficial. En el medio, un jerarca de la agencia sostuvo que los periodistas eran “prostitutas”. La censura previa y el acotamiento de la información han sido inherentes a los distintos gobiernos capitalistas.

El macrismo redobló la ofensiva anunciando 357 despidos, paritarias a la baja y derivando las “cajas rentables” a distintos pulpos capitalistas que fue enfrentado con una huelga enorme que duró más de un mes e incluyó la ocupación del edificio, acampes, actos y radios abiertas. El plan de lucha, con sus vaivenes, y a pesar de la burocracia sindical, se extendió un año entero, logrando la reincorporación de cientos de trabajadores.

Hoy, Agencia Télam tiene 760 empleados, que posiblemente queden cesanteados de sus tareas en el marco de una crisis económica sin precedentes. Esto se enmarca dentro de una ofensiva más general a los trabajadores de prensa, lo que se verificó por ejemplo en la represión impulsada por el Ejecutivo en la Plaza Congreso durante el tratamiento de la Ley Ómnibus, la cual tuvo como víctimas a muchos periodistas que querían retratar la escalada de violencia policial.

La defensa de Télam es fundamental para impedir que el gobierno continúe ajustando a quienes trabajan y acallando las voces disidentes, para preservar el derecho a la información y la libre expresión y para enfrentar la política de censura. Télam no se cierra.