Políticas

4/7/1995|454

Por qué echaron al obispo Hesayne

Miguel Hesayne, obispo de Viedma, acaba de renunciar a su cargo en forma “sorpresiva” según todos los medios de prensa: cuando todavía le faltaban tres años para llegar a la edad límite para ejercer el obispado y sin que se conociera, previamente, ningún indicio de su intención de abandonar su cargo. El Vaticano, sin embargo, no tardó ni 24 horas en aceptar la renuncia de Miguel Hesayne y en designar a su sucesor. Más aún, según informa El Diario de Río Negro (28/6), la renuncia de Hesayne habría sido acordada durante la reciente visita de los obispos argentinos —entre ellos el propio Hesayne—al Vaticano, donde sostuvieron una serie de reuniones con el Papa.


Que el Vaticano y la curia argentina tenían un marcado interés por deshacerse de Hesayne lo demuestra un hecho ocurrido poco antes: el nuncio apostólico —representante del Papa y del Estado vaticano— dividió en tres a la diócesis de Viedma y creó los obispados de Roca y Bariloche, para “reducir la influencia” (Río Negro, 2/6) de Hesayne. ¿Por qué la curia y el Vaticano querrían desprenderse de “uno de los más prestigiosos obispos del país” (ídem)?


La respuesta es simple. Cuando estalló el escándalo de la complicidad del enviado papal Pío Laghi y de la cúpula clerical con los crímenes de la dictadura videliana, el conjunto de la curia lo reivindicó —incluyendo a los centroizquierdistas como el difunto De Nevares—, mientras Hesayne fue el único obispo que reconoció la complicidad de la jerarquía eclesiástica con los represores. “La Conferencia Episcopal —declaró entonces Hesayne— comía con los torturadores y dejaba a la intemperie a las víctimas” (Río Negro, 18/4). Más aún, denunció entonces que “el arrepentimiento no alcanzó a quienes debe alcanzar, incluida la Conferencia Episcopal” (ídem). Dos meses después, el único que “sacó los pies del plato” fue obligado a renunciar.


La renuncia de Hesayne significa una reivindicación de conjunto por parte del Vaticano y de la curia argentina de la política de apoyo a la dictadura criminal de Videla y a la política de amnistía de la “democracia”.