Por qué Ibarra dio marcha atrás con la Ley Educativa
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Ibarra decidió dar marcha atrás y bajarle el pulgar al proyecto de Ley de Educación. Aunque reconoce la enseñanza privada y revisa el régimen laboral en vigencia (en particular el estatuto), el proyecto no conformó a los organismos financieros internacionales ni a los círculos empresarios y de la educación privada. Es decir, que Ibarra debe proceder a una adaptación a la reforma educativa nacional (polimodal) empezando por la destrucción de los colegios secundarios, cuya implementación está retrasada en relación a otras jurisdicciones.
La presión del clero ha sido decisiva para este brusco cambio de planes. Ibarra considera que algunos aspectos “irritan en vano” a la Iglesia (Página/12, 18/6). La Iglesia reclama que los subsidios se conviertan en aportes obligatorios del estado.
El candidato a ocupar la Secretaría de Educación porteña seria Daniel Filmus, quien ya ha dado sobradas pruebas en lo que a la aplicación de la Ley Federal de Educación se refiere.
En la reunión en que Ibarra transmitió su decisión de archivar el proyecto, a las legisladoras presentes “se les cayeron algunas lágrimas”, pero los disidentes terminaron arrugando y metiendo violín en bolsa.