Políticas

29/6/2000|671

Por un congreso de delegados y una nueva dirección de la Uocra

Los trabajadores de la construcción no necesitaron ver las imágenes de Telenoche Investiga para saber que la Uocra está dirigida por una ‘ma­fia’ coimera, corrupta y propatro­nal, como sucede en la mayoría de los burocratizados sindicatos.


La delación de compañeros combati­vos a la patronal, las patotas contra los activistas y contra la izquierda y la con­nivencia con las patronales son moneda corriente. Es sabido también que todo eso se hace por expresas directivas dé Gerardo Martínez. En la Uocra no se ha­ce nada que Gerardo Martínez no sepa ni ordene.


Por eso, apenas salió en la televisión cómo el adjunto de la Uocra Capital y otros 4 ‘colaboradores sindicales’ cobra­ban la coima para que una obra siguiera burlando las normas de seguridad labo­ral, se armó un vasto operativo para sal­var la figura de Martínez.


No sólo Daer, sino también Moyano, para sorpresa de sus simpatizantes com­bativos, se unieron para rescatar al buró­crata mayor de la Uocra. En un hecho in­sólito para el público, la gran patronal fue a la asamblea que se hizo en el miniesta­dio de Ferro para expresar la solidaridad con Martínez. Allí estuvo, cuenta Clarín (29/6) el titular de la Cámara Argentina de la Construcción, Gregorio Chodos, quien dijo que fue a “ratificar nuestro res­paldo a la conducción de la Uocra”.


Si algo faltaba todavía, Eduardo Baglietto, vicepresidente del área construc­ciones de Techint, acusado de ‘coimero viejo’, ya que es así como Techint ‘gana’ los contratos del Estado, fue más lejo, si cabe, en esta defensa de Gerardo Martí­nez. “Muchas veces se le echa la culpa al gremio -pontificó-, pero el primer culpa­ble es el empresario que infringe la ley. La ética debe partir del empresario” (La Nación, 30/6). Semejante ‘mea culpa’ del ‘patrón’ de Techint cuando cinco sindica­listas son sorprendidos ‘in fraganti’, no es casual ni inocente.


El temor que embargó a todos fue que el impacto de la filmación provocara una hecatombe en la Uocra, incluida la renun­cia de Martínez y toda su ‘pandilla’. El ‘coimero’ Daer fue corriendo a respaldar a Martínez. Lo mismo hizo Moyano, lo que desnuda sus limitaciones insalvables.


El pedido de coima a las patronales es una práctica que lleva años y años, pero en este caso pone en juego la vida de los obreros de la construcción, ya que tiene que ver con la seguridad laboral. Esto es una clara demostración de que la Uocra no solamente está dirigida por una pandi­lla de lúmpenes, sino que es enemiga de los propios obreros. Es elemental que Martínez y todos sus seguidores deben re­nunciar para poner en pie nuevamente a la Uocra como sindicato. Y que se forme una comisión de obreros de la construc­ción, elegidos en asamblea, para conducir la Uocra y para investigar las ramificacio­nes de la banda coimera pro-patronal.


 


Accidentes


Los accidentes en la construcción no son uno sino el principal problema del gremio. “La seguridad laboral es uno de los puntos más sensibles en la construc­ción: uno de cada 5 trabajadores se acci­denta una vez por año. Y cada dos días, un albañil muere, generalmente por caí­das desde alturas… En la inmensa mayo­ría de los casos, esto sucede porque las empresas no respetan las normas de se­guridad ni les proveen a los trabajadores los elementos que evitarían esos acciden­tes” {Clarín, 29/6).


La burocracia le asestó un golpe mor­tal a la permanente, constante y tenaz lucha de los obreros de la construcción por cambiar la ley de riesgos del trabajo que convirtió a los accidentes laborales en un negocio financiero, a cargo de las ART, que son propiedad de bancos y com­pañías de seguro. No por casualidad Ge­rardo Martínez apoyó en su momento (1996) la creación del nuevo sistema de accidentes laborales que ‘resarce’ con 100 pesos por mes a los trabajadores mutila­dos o a las viudas de los compañeros muertos por accidentes de trabajo.


Ahora, está a la vista algo que el PO planteó desde el primer momento, apenas Gerardo Martínez presentó, en 1998, un proyecto de ley para cambiar el sistema de accidentes  laborales: el burócrata no lo hacía para emprender una lucha a fondo contra los accidentes, sino que había cambiado de posición para salvar su responsabilidad por la se­guidilla de muertes laborales en el gremio desde el funcionamiento de las AET y para elevar el pedido de coima ante las grandes patronales.


El gobierno pretende aprovechar ahora la revelación de las coi­mas para aprobar por decreto un cambio en la ley de riesgos del tra­bajo con el acuerdo de las patronales y las ART. Con este decreto se’ quiere evitar que el Congreso apruebe cambios más amplios, que autoricen los reclamos por accidentes ante’ el Poder Judicial, aun­que tanto los proyectos de la Alianza como los del PJ plantean que las ART continúen administrando los accidentes y sigan siendo un excelente negocio financiero contra los trabajadores.


Quieren preservar lo esencial de la ley: indemnizaciones bajas, inferiores a las que reciben el resto de los ciudadanos por incapaci­dades similares; que el trabajador no pueda ir a juicio y pedir el re­sarcimiento económico integral; que no pueda recurrir a las comi­siones médicas -que son las que determinan las incapacidades— ante la Justicia del Trabajo, y que no puedan incorporarse como en­fermedades del trabajo muchas patologías no reconocidas actual­mente por el listado oficial.


Por todo esto el PO plantea:


  • Renuncia de todo el Consejo Directivo de la Uocra.
  • Elección de una comisión obrera que asuma la conducción de la Uocra e investigue las ramificaciones de Ladina y compañía.
  • Comités obreros para controlar la seguridad laboral en las obras.
  • Aumento de las indemnizaciones. Resarcimiento económico in­tegral. Reconocimiento de todas las enfermedades laborales. De­recho a enjuiciar a las patronales por los accidentes ocurridos.