Políticas

25/10/2018

Por una campaña política del Frente de Izquierda

Respuesta a la propuesta de ´partido unificado´ del PTS.

Respuesta al Partido de los Trabajadores Socialistas


Compañeros:


Al considerar la carta de ustedes, planteando la formación de un partido “unificado”, es insoslayable considerar de qué punto partimos en relación a nuestro Frente de Izquierda y de los Trabajadores y, en particular, cuál ha sido su intervención como tal en la inocultable crisis de régimen que atraviesa a la Argentina.


Atravesamos una crisis de carácter excepcional, signada por el derrumbe económico del régimen macrista, por el desfile de buena parte de la clase capitalista por el banquillo de los acusados y, por fin, por enormes expresiones de masas, como lo han sido las movilizaciones por el aborto legal, la rebelión educativa y tenaces luchas obreras, que han desafiado el bloqueo de la burocracia a una acción de conjunto para derrotar al gobierno ajustador.


Pues bien: en todo este período convulsivo, que encuentra pocos parangones en la historia reciente, el Frente de Izquierda estuvo ausente como tal en términos de definiciones y de acción política. En repetidas ocasiones, el Partido Obrero planteó la necesidad de una respuesta urgente, para impulsar la irrupción de las masas encabezadas por la clase obrera y con un planteo de poder, y salir a una campaña de actos –locales y de carácter central– con ese propósito. Fueron desechadas nuestras propuestas de actos políticos centrales y campañas complementarias en junio, el 9 de julio, en setiembre, y ahora, para antes de fin de año –según ustedes– “por falta de tiempo”. Semejante ausencia en este cuadro, el de mayor crisis política y social desde que se constituyó el FIT, constituye un crimen desde el punto de vista del desarrollo del frente como alternativa política de la izquierda revolucionaria.


La carta de ustedes soslaya esta parálisis del FIT, sin perjuicio de la cual se propone un paso aparentemente más osado aún –el de la conformación de un “partido único”. Pero va de suyo que esta tentativa va a tropezar, mucho más temprano que tarde, con los obstáculos que hoy enfrenta el FIT para una acción común. Ningún debate político entre nosotros reúne las condiciones más elementales de seriedad o rigor si no partimos de tal balance.


Caracterización política


Como ustedes fundan su propuesta, en primer lugar, en una caracterización del momento presente, estamos obligados a referirnos a ella y a una inevitable delimitación.


En la carta de ustedes, la crisis nacional sólo aparece bajo la forma de “un saqueo histórico contra el pueblo trabajador”, junto a la denuncia de la oposición patronal que es cómplice de ese saqueo. Naturalmente, toda crisis capitalista conlleva la tentativa de transferir las costas del derrumbe a la clase obrera y a los explotados. Pero esta escalada es consecuencia de una bancarrota que debe verse en todo su alcance. Asistimos a la fractura de todos los equilibrios económicos y políticos preexistentes, y de los instrumentos de los que se vale el régimen para ejercer su dominación –desde la propia coalición gobernante hasta la Justicia. Los choques entre Carrió y Macri; entre los ministros de la Corte, entre Vidal y el gobierno nacional; el efecto devastador de la crisis de los cuadernos, que ha colocado en el banquillo a lo más granado de la clase capitalista, todo esto configura una crisis de régimen, la cual debe ser inscripta en otro escenario tan convulsivo como éste – el de la crisis mundial. La absorción de los capitales que especulaban en Argentina y Turquía y otros países por parte de Estados Unidos –el más endeudado de todos– coloca límites enormes a un rescate argentino a manos del capital internacional.


Las agresiones a las masas tienen lugar –y a la vez se encuentran condicionadas– por una crisis de conjunto. La izquierda revolucionaria tiene la obligación de presentarlo de este modo a las masas, y ofrecer un planteo de poder: que se vayan Macri y el régimen corrupto de pejotistas y kirchneristas, Constituyente Soberana que asuma el poder político para ejecutar las transformaciones sociales y políticas a costa del capital. Como luchamos para que sea la clase obrera el sujeto de esta acción de alcance histórico, asociamos estas reivindicaciones de poder a la lucha por un congreso de bases de todas las organizaciones obreras, a un paro activo nacional y a una huelga general hasta derrotar el ajuste. La consigna “derrotemos a Macri, el FMI y los gobernadores del ajuste” con la que convocamos el acto del 1° de mayo tiene esa función política.


En el texto de ustedes, compañeros, no hay caracterización de esta crisis nacional, más allá de la referencia al “saqueo histórico”. Ha desaparecido la menor alusión a la Asamblea Constituyente, a pesar de que ustedes la habían incluido en otra “carta” que enviaron hace un mes y medio a los partidos del FIT, donde proponían “dar una respuesta de conjunto ante la realidad política nacional”.


Pero como señalamos en aquel momento, esa reivindicación de la Constituyente no estaba precedida por el planteo de terminar con el régimen político actual, responsable de décadas de entrega nacional y agresión a las masas. Sustraída de ese planteo, la Constituyente quedaba reducida, les dijimos, a un planteo de naturaleza parlamentaria, o sea, de reforma del Estado actual. La inconsistencia de aquel planteo se advierte ahora, cuando el nuevo texto de ustedes ha eliminado toda referencia a la Constituyente. En aquel momento, el PO propuso al FIT que combináramos una campaña de actos con la realización de debates sobre la crisis política, o sea, un método para debatir nuestras divergencias en el marco del frente único. Casi de inmediato, el PTS anunció su propio acto.


La propuesta de “resistir el saqueo”, como justificación, no ya de un Frente, sino hasta de un “partido único”, abre las puertas a cualquier acuerdo de fronteras políticas difusas. Naturalmente, no le pedimos el pedigree a ningún trabajador que, en las condiciones que sea, quiera “resistir el saqueo” con nosotros o nuestras agrupaciones de lucha. Pero, de inmediato, le explicamos que queremos llevar esa resistencia a una lucha general para derrotar al gobierno. Y que, de cara a la crisis general que atraviesan los ajustadores, ¡le ofrecemos intervenir en una lucha política por el desenlace de esta crisis! Este es la tarea elemental que debería abordar hoy el Frente de Izquierda y de los Trabajadores.


Qué partido


La inconsistencia o volatilidad en los objetivos políticos que ustedes nos plantean se proyecta, todavía con más fuerza, al planteo de un “partido unificado”. La propuesta no es acompañada de un programa, más allá de la alusión a algunos pronunciamientos o plataformas electorales del FIT. Pero un programa no es un listado de reivindicaciones, aún políticas, no es sólo la declaración de objetivos estratégicos como el gobierno de los trabajadores, sino la caracterización de una etapa histórica y de las tareas que en ella le caben a la clase obrera y a los revolucionarios. Si se mira bien, la volatilidad en sus planteos recorre a la misma propuesta en los pocos días transcurridos desde el acto de Argentinos Juniors a la carta que acabamos de recibir. En aquel acto, el compañero Del Caño aludió a “un partido único de la izquierda obrera y socialista”, o sea, una fusión de partidos que ya han adoptado un programa y una estrategia definidos. Ahora, ustedes proponen un partido de los “trabajadores y trabajadoras, anticapitalista y socialista”, o sea, una definición de fronteras políticas difusas y sin un programa definido, más allá del rechazo genérico a los `acuerdos oportunistas`.


La propuesta se parece demasiado a la que ustedes mismos nos formularon después de las elecciones de 2011, cuando el Frente de Izquierda emergía como referencia política para muchos activistas y luchadores. Entonces, el PTS planteó la formación de un “partido de trabajadores”, también en un acto. Ese PT no tenía fronteras de izquierda, o sea que estaba abierto a una estrategia reñida con el socialismo. Aunque fue concebido también como un ‘polo de atracción’, ello no se reveló así de ningún modo. En aquel momento, lo caracterizamos como un intento de sustituir al FIT, probablemente porque caracterizaban un agotamiento político de nuestro frente y, por lo tanto, la necesidad de desarrollar una experiencia política nueva. A contrapelo de ello, en 2013 el FIT hizo la mayor elección de su corta historia, incluido un salto enorme en Mendoza y una victoria del PO en la capital de Salta. Los ‘obreros peronistas’ que debían ingresar al partido de trabajadores, votaron por el Frente de Izquierda. Sin un programa ni fronteras políticas precisas, ese PT constituía un claro retroceso respecto del FIT. Por esos mismos días, el PTS apoyaba a un “PT” en Bolivia dominado por la burocracia de la COB, bien que en Bolivia no existía –y tampoco hoy– un Frente similar al que hemos desarrollado en Argentina. Tanto el PTS como IS han participado o intentaron integrar otra combinación sin principios en Brasil, el PSOL, apoyando ahora la candidatura del filopetista Boulos, quien esperó –en vano– ser ungido por Lula como candidato alterno luego de su proscripción. No difiere demasiado la experiencia del NPA francés, constituido como “partido de tendencias” anticapitalista, que se caracteriza por el abandono de la lucha por la dictadura del proletariado.


Pero ya que nos referimos a Bolivia o Brasil, digamos que la inconsistencia del planteo de ustedes se aprecia en esta otra cuestión, a saber, la pretensión de un debate sobre un partido unificado “nacional”, o sea, con independencia de la lucha por un partido internacional de la revolución. En relación a este mismo problema – el debate con vistas a un agrupamiento revolucionario– el PO ha adoptado un método por completo diferente. En 2004, presentamos las “Tesis programáticas para la refundación inmediata de la IV Internacional. “En oposición al método de secta”, escribimos entonces, “que consiste en condicionar la refundación inmediata de la IV Internacional a la solución previa, puramente literaria por otra parte, de las discrepancias políticas que puedan existir, planteamos la organización de un partido revolucionario internacional, la IV, sobre la base de una delimitación política exacta de todas las divergencias”. Este planteo nunca fue respondido por el PTS. Lo mismo propusimos al seminario de la izquierda argentina (2005).


Muchos años después de aquel planteo nuestro, el PTS propuso una “agenda de debates” al interior del FIT. En oposición a un debate que sólo condujera a la multiplicación indefinida de divergencias, el PO planteó entonces que una discusión debía tener un norte, en la perspectiva de un Congreso y de un partido único. Fue rechazado.


¿Cuál es la razón de esta divergencia de método en el debate al interior del FIT? Mientras el PTS proponía aquella “agenda de debates” sin propósito definido, al mismo tiempo caracterizaba al Frente de Izquierda, y lo sigue haciendo, como un “campo en disputa”, o sea, el escenario de una pelea de posiciones por la hegemonía del FIT. Consecuente con esto, violó desde el comienzo y lo sigue haciendo el acuerdo del FIT por la “gestión colectiva de todas y cada una de las bancas parlamentarias”. Los campeones del partido unificado, defienden a capa y espada la existencia de tres bloques parlamentarios. Lo mismo ha ocurrido en frentes sindicales cruciales, como la reciente decisión del PTS de romper la lista antiburocrática de ATEN, que tiene planteado el desafío de recuperar el gremio al kirchnerismo después de la huelga general más exitosa del presente período, la cual, bajo el liderazgo efectivo de las seccionales combativas, logró imponer la indexación salarial. O con la posición del PTS frente a la elección del Centro de Estudiantes de Medicina, donde boicoteó una lista de izquierda encabezada por el PO, que a la postre ganó el centro y se transformó en la gran conquista de la izquierda y el activismo de las tomas y luchas estudiantiles del año contra Franja Morada en la facultad más grande de América Latina, donde votaron 18.000 estudiantes. El PTS ha sido uno de los pocos ausentes del Plenario Sindical Combativo que reunió en Lanús a miles de activistas obreros en función de una intervención y un programa común en la crisis, que supera todos reagrupamientos de la etapa y tuvo una destacada intervención delimitada de la burocracia sindical en los paros del 25 de junio y de setiembre. En resumen, oponen el carácter del FIT como campo en disputa, al FIT como herramienta de frente único para hacer avanzar al movimiento independiente de las masas y a los revolucionarios en él. Se pregona un "partido unificado" cuando el FIT sigue teniendo como gran asignatura pendiente erigirse en un frente único, intervenir en común en la lucha de clases y ser un factor activo de su desenvolvimiento.


 


Defendamos al Frente de Izquierda


Como ocurriera con aquella propuesta del “partido de trabajadores”, tenemos serios motivos para considerar que este “partido único” es un fuerte retroceso en relación a las conquistas y definiciones políticas del Frente de Izquierda, e incluso una señal de desconfianza respecto de las posibilidades políticas del FIT en el marco de la presente crisis. Naturalmente, ni el FIT, ni ninguno de sus integrantes, tiene garantizado un desarrollo político sin pasar por la prueba de una intervención adecuada en la presente crisis de régimen, la cual, a partir del proceso brasileño y de otras crisis de la región, reviste un carácter continental.


¿Qué conclusión podemos extraer de su carta? En vez de una acción política con un planteo de poder, nos proponen una campaña “contra el ajuste”, algo que no implica delimitación alguna respecto de las corrientes del centroizquierda o el kirchnerismo que navegan en denuncias difusas. En segundo lugar, no se ofrece un programa ni un método para desarrollar una clarificación y delimitación de posiciones. Y finalmente, tampoco está la pretensión de desarrollar una intensa iniciativa política del FIT, un requisito elemental, incluso y principalmente, de cualquiera que abogara por un `partido unificado´. El texto de ustedes alude a “un plan común de acción frente a la crisis”. Pero el punto culminante de ese plan –un acto político del FIT para fines de noviembre o principios de diciembre– fue descartado por ustedes en la última reunión de mesa. Las otras iniciativas, que el PO viene planteando desde mediados de año, han sido largamente demoradas.


Todo indica, en ese cuadro, que el planteo de partido unificado, lejos de ser el corolario de un desarrollo político del FIT, parece ser otro pretexto para azuzar el `campo de disputas´ a su interior, en función de atraer el interés de activistas o luchadores en torno de un planteo pretendidamente unitario.


Pero los elementos activos de la clase obrera, la juventud y la mujer- deben ser involucrados en una lucha política y un debate serios, no en fuegos de artificio. La primera cuestión es poner en marcha un plan de acción del FIT con un planteo de conjunto. El que nosotros proponemos es: que “Derrotemos a Macri y el régimen corrupto del FMI y los gobernadores”, Congreso de Bases de los sindicatos y centrales obreras para impulsar un paro activo y plan de lucha hasta la huelga general, Fuera Macri, Asamblea Constituyente, Libre, Soberana y con poder. Es necesario poner de manifiesto la unidad de estos planteos. La lucha por las reivindicaciones apremiantes y por la derrota del plan FMI necesita una perspectiva política – de lo contrario estamos engañando a las masas.


Ahora, frente a la posibilidad de un gobierno del revanchismo militar en Brasil, hemos propuesto como tarea inmediata la lucha contra Bolsonaro, la represión y las bandas fascistas en Brasil. Con independencia de las diferencias políticas entre ellos, Bolsonaro es funcional a Macri y al FMI, y a la política derrotista y electorera del kirchnerismo. Por la unidad de la clase obrera de Argentina y Brasil, en la lucha contra nuestros enemigos comunes.


En Argentina, la marcha de la crisis política acentúa todos los movimientos de los bloques patronales en la preparación de un relevo del macrismo, con la activa intervención del mismo Vaticano que bloqueó la sanción del aborto legal. Más que nunca, se impone que el FIT salga a una lucha política decidida por una salida de los trabajadores a la crisis.


En la mesa del Frente de Izquierda, el PO ha planteado la realización de un acto en el centro del poder político y actos políticos regionales, agitaciones y acciones de lucha con mesas debate, donde los partidos del FIT expongan ante el activismo sus acuerdos y del debate de la estrategia política. Pongamos en marcha este plan, y concretemos un acto masivo para fines de noviembre.


Partido Obrero, Comité Nacional, 24 de octubre de 2018


Enviado con copia a Izquierda Socialista