Por una gigantesca marcha
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• Para dar con los asesinos de Cabezas, Bru, María Soledad, Carrasco … y sus responsables y protectores políticos
• Para derogar el punto final, la obediencia debida y el indulto
El asesinato de Cabezas requirió observación previa, planificación, infraestructura, medios de comunicación y por lo menos tres vehículos y una decena de hombres… Cuesta creer que una cabaretera marplatense fuera la autora intelectual del hecho y que quisiera amedrentar a todo el periodismo con un crimen de resonancia nacional e internacional… Cuesta creer que el supuesto asesino, Luis Martínez Maidana conservara el arma como si se tratara del cabello de su primera novia, y que lo guardara con restos orgánicos de la víctima” (La Nación, 24/2).
Detrás del asesinato de Cabezas hay toda una red de protección política que proviene del gobierno nacional y que Duhalde tiene que sostener, porque de lo contrario se desataría una crisis política que barrería a ambos de sus sillones en la Rosada y La Plata. El esclarecimiento del crimen de Cabezas conduce directamente a la Casa Rosada, como el de María Soledad llevó hasta la gobernación de Catamarca. Así como Menem preservó en su momento a Saadi, Duhalde tiene hoy que proteger a Menem.
Las 56 pistas que dice tener la policía y las revelaciones oficiales diarias de que se encontraron las pruebas que esclarecen el crimen —como el arma, un video con los que compraron la gasolina, testigos— que luego se demuestran falsas, tienen un claro propósito de confundir y dispersar para que todo quede en la más completa impunidad.
Menemistas y duhaldistas dicen que detrás de las movilizaciones por Cabezas habría un interés muy “sugestivo” que no se manifestó en otras oportunidades, como con el asesinato de Bru o Carrasco. No es cierto. María Soledad, Bru, los chicos de Budge o Carrasco dieron lugar a vastas movilizaciones. Y las movilizaciones por Cabezas han vuelto a colocar a Bru, María Soledad y tantos otros en el centro de los reclamos.
El 21 aniversario del golpe militar-genocida coincide con el segundo mes del asesinato de José Luis Cabezas. Ambas fechas están unidas. No sólo por los mismos métodos y objetivos. El régimen que indultó a los genocidas, que les dio el punto final y la obediencia debida, es el responsable político y el encubridor de los asesinatos de Bru, María Soledad, Carrasco…
Por eso, organicemos una gran movilización.
Fuera Menem-Duhalde