Políticas

10/11/2022

Presupuesto CABA 2023: no se garantiza ni el desarrollo ni el hábitat de los trabajadores

Subejecución y recortes en el presupuesto del Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat.

Larreta y Migliore.

Este jueves 10 de noviembre se estará votando en la legislatura porteña el Presupuesto 2023, que deberá prever cuáles serán los gastos que el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta llevará adelante en un contexto de crisis social y en un año electoral.

Mucho se ha hablado de los enormes montos destinados a publicidad y propaganda contemplados para el año próximo, como así también de los beneficios impositivos para las empresas, las que luego posiblemente le financien la campaña al actual jefe de gobierno.

Subejecución

Pero particularmente en el ministerio que dirige Maria Migliore, el encargado de la asistencia social a los sectores más pobres de la ciudad y de las políticas habitacionales y de vivienda, viene siendo, año a año, la dependencia que menos ejecuta los presupuestos aprobados.

Los datos oficiales, que si bien llegan con retraso sirven como ejemplo, muestran que en todo el primer semestre de este año solo se ejecutó un 34% del presupuesto destinado para el 2022, lo mismo que del total destinado al Instituto de la Vivienda de la Ciudad, dependiente de este ministerio.

Si se ve rubro por rubro, hay casos aún peores. En el programa de “asistencia integral a los sin techo”, que se encarga de los paradores dependientes del GCBA, el monto ejecutado apenas llega al 22%.

De todos los programas que actúan en la “Unidad de Proyectos Especiales” de la Villa 31 se ha ejecutado un 24%, y particularmente en el de mejoramiento de viviendas un 19%.

El programa que garantiza un subsidio para alquiler o mejoramiento de vivienda para familias que se encuentran a la espera de un crédito 341 (crédito para vivienda), se ejecutó en un 28%, lo mismo que el que se encarga de la “Reintegración, Integración y Transformación De Villas”.

La asistencia alimentaria también se encuentra subejecutada, como lo muestra el 37% de la tarjeta Ciudadanía Porteña, contra cuyas beneficiarias arremetió Larreta diciendo que se les iba a quitar a quienes movilizaron con sus hijes, en vez de garantizar que puedan obtener una vacante en los colegios o siquiera pensar que la asistencia alimentaria que da el GCBA es insuficiente. Un porcentaje similar ejecutado del presupuesto correspondiente se destinó a los comedores populares, que recibieron en los primeros 6 meses el 34% de lo que les corresponde para el año en curso.

Presupuesto 2023 de miseria

Para el año entrante las actualizaciones no contemplan ni por asomo la inflación creciente ni las necesidades de la población trabajadora. Al mismo tiempo, queda a la vista que es un dibujo, como el presupuesto nacional, que permite la discrecionalidad para actuar y para llevar adelante el ajuste que pide el FMI.

En el programa “Ciudadanía Porteña”, que otorga una tarjeta que permite la compra de alimentos y elementos de higiene, se plantea un aumento de la cantidad de personas asistidas, pasando de 36.780 en el 2022 a 46.363 para el año próximo. El problema es que los montos promedio a los que accederán las beneficiarias alcanzan los $25.762 mensuales, menos de la canasta alimentaria de hoy en día.

Algo similar ocurre con el programa de “Fortalecimiento a grupos comunitarios”, encargado de abastecer los comedores populares. Aumentaron la cantidad de personas asistidas de 54.500 a 100.000, pero si se hace la cuenta de cuánto se destinará a cada persona por mes el aumento es de un 30%, frente a una inflación que superará ampliamente ese número.

En cuanto a la política habitacional la historia es similar. Sumado a la orientación de Larreta de la venta de tierras públicas para la especulación, la construcción de torres de lujo y la expulsión de los trabajadores de la ciudad, los diferentes programas que deberían atender esta problemática y encontrarle una solución definitiva son más que deficitarios.

El subsidio habitacional otorgado por el decreto 690/06, que posee innumerables restricciones y cuyo monto es insuficiente, se verá recortado, ya que el mismo presupuesto plantea que pasará de atender de 19 mil personas a 18.400. Al mismo tiempo, el “aumento” por beneficiario dejará el subsidio en $24.253, cuando ese es el monto que al día de hoy ronda una habitación en un hotel o en un cuarto en una villa.

El programa a cargo de los paradores para gente en situación de calle tendrá una actualización del 45%, por debajo de la inflación, cuando en la misma hoja plantea un incremento de la gente atendida, de 1.277 a 2.200. Claramente esto no podrá ser así, o será en detrimento de las condiciones en las que se hallan quienes no tienen un techo donde vivir. El mismo dibujo se puede ver en el programa de “Asistencia Inmediata ante la Emergencia Social”, con un 52% de actualización y con el estimado de que las personas asistidas pasarán de las 7.800 actuales a unas 250 mil.

Con respecto a las soluciones habitacionales definitivas, el presupuesto no contempla mayores gastos. Aparece presupuestada la construcción de tan solo 55 viviendas nuevas en el barrio YPF de la Villa 31, contra las (también pocas) 83 que se tenían previstas para el 2022, al tiempo que también se ven reducidas las casas afectadas a los mejoramientos, pasando de 1.778 en 2022 a 344 para 2023. En la Villa 20 de Lugano se contempla la construcción de 509 viviendas nuevas, sin más detalles de gastos o recursos afectados.

El total del programa de reintegración y transformación de villas tendrá un aumento de sólo un 28%. Y en cuanto a la ley 341 de créditos para vivienda individual o colectiva también hay un recorte, con un “aumento” de un 8% para el área de “construcciones” y una disminución de los beneficiarios de los créditos, pasando de los 4.418, en el presupuesto 2022, a solo 100 para 2023.

Claramente la asistencia social y la política habitacional del gobierno de la ciudad y del Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat porteño no tienen nada que envidiarle al ajuste del gobierno nacional, que busca recortar programas sociales y desaloja a quienes ocupan un pedazo de tierra para vivir. El dibujo que implica allí donde presupuesta aumentar la asistencia y lo evidente de los recortes en áreas clave como la alimentación y la vivienda demuestra el carácter contrario a los intereses del gobierno de la ciudad.

Desde ya que las bancas obtenidas por el FIT-U se opondrán a la votación de este presupuesto, pero es importante impulsar en las calles las luchas en contra del ajuste que quieren estos gobiernos fondomonetaristas. La pelea por el acceso a una alimentación adecuada, por la asistencia a los comedores, por trabajo genuino, por la urbanización de las villas, por un subsidio universal para inquilines y un plan de obras públicas de vivienda son los principales puntos que debemos levantar para enfrentar este ajuste y plantear una salida de los trabajadores.

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