Proclaman la candidatura de Parajón
Seguir
El 16 de octubre, Pueblo Unido realizó un acto público, con 4.000 personas, para proclamar la candidatura de Gumersindo Parajón a gobernador. Las delegaciones del interior y de los barrios de la capital promovían las candidaturas (a intendente, a legislador, etc.) de los punteros, lo que le dio una adecuada coreografía electorera al acto.
El programa de PU
En La Gaceta del 27 de setiembre, Parajón adelantó cuál sería su programa de gobierno. Señaló que “por la abultada deuda pública, se torna necesario tomar medidas en aras de reducir el gasto público y el punto de partida será una reducción drástica de las partidas de personal asignadas a funcionarios de alto nivel”. Pero el endeudamiento público es el resultado del vaciamiento que desde hace muchos años, bajo los distintos gobiernos patronales y con la colaboración de sus respectivas legislaturas, se viene operando en favor de los pulpos azucareros y citrícolas y de la gran banca, quienes han recibido suculentos subsidios que nunca han devuelto y han evadido sistemáticamente el pago de impuestos. El despilfarro del presupuesto en la alta burocracia estatal es una gota en el océano de los inmensos fondos que van a parar a manos del gran capital y de los usureros que manejan la deuda pública.
Refiriéndose a la crisis social, Parajón señaló “que la mitad de la población se ubica por debajo de la línea de pobreza, mientras que el desempleo local muestra uno de los niveles más altos del país”. “Este gobierno ha sido cuestionado moralmente en varias ocasiones y con razón por el manejo poco transparente de los recursos sociales. Nuestra idea es muy sencilla: encomendar estos Fondos a instituciones que han demostrado conocimiento, idoneidad y honestidad en el área, como Caritas, el Comedor Don Bosco y otras instituciones no gubernamentales” (ídem). Se trata de privatizar la asistencia social, como lo reclaman De la Rúa, Meijide y el clero. En el acto se leyó la adhesión del obispo de la ciudad de Concepción, Witte.
Sobre la deuda pública, Parajón se limitó a plantear que se debe “investigar detalladamente la cantidad de créditos tomados por el Poder Ejecutivo y su distribución y legalidad, encomendando el manejo financiero futuro a profesionales idóneos independientes y honestos” (ídem).
De la expropiación al apoyo de la oligarquía
Estos planteos fueron más desarrollados todavía durante el acto. Parajón sustuvo que iba a “revitalizar la Caja Popular”, pero no dijo nada respecto del Banco Provincia, que ya fue privatizado, como asimismo, tampoco se refirió a las demás privatizaciones provinciales. Ha hecho abandono del planteo de anular las privatizaciones. Hizo referencia a que si tiene “que negociar con el Banco Mundial no va a ser a costa de que se corran trabajadores ni de dejar de pagar los salarios”, y que cualquier crédito que nos otorgue el Banco Mundial”tiene que ir primero a educación y salud pública”, omitiendo, precisamente, que el BM ha negociado con Bussi un crédito donde una gran parte va a estar destinado a la educación y a la salud para financiar su reconversión (Ley federal y ley de hospitales de autogestión). Planteó que “iba a pagar en fecha los salarios”, pero nada dijo sobre la necesidad de aumentarlos cuando están congelados desde hace siete años. Sobre los desocupados sostuvo que no “iba a haber nuevos despidos”, pero no dijo nada sobre los actuales desocupados y subocupados, que superan al 30% de la población.
Señaló que era necesaria “una policía que dé seguridad a la gente” y para ello propuso “otorgarles sueldos dignos y enseñarles derechos humanos en la Escuela de Cadetes”. En el pasado, Parajón decía que era necesario desmantelar al aparato represivo. Sostuvo que se iba a “fomentar y apoyar la economía sana, a la producción real, concordando entre los distintos sectores para que ninguno viva a expensas del otro”, o sea que Pueblo Unido pretende el desarrollo de la economía provincial sin tocarle un pelo a la vieja y nueva oligarquía que domina el negocio azucarero, citrícola y bancario. Recientemente, la Fundación del Tucumán y el resto de las Cámaras patronales de la provincia publicaron un documento llamado Consenso Básico, en el que formulan un plan de medidas de apoyo y fomento a la economía provincial. Parajón no dijo nada sobre esta propuesta.
Las posiciones actuales representan un viraje de 180º de Pueblo Unido. En todos los actos realizados el año pasado, Parajón remarcó, una y otra vez, que la salida a la crisis provincial y a las reivindicaciones de las masas explotadas pasaba por expropiar a la oligarquía, anular las privatizaciones, imponer impuestos a los beneficios de los barones del citrus, desconocer la deuda pública. Coherente con estas posiciones, Pueblo Unido se destacó como una organización que impulsó la movilización y organización combativa de las masas, cuya mejor expresión estuvo dada por la Asamblea Popular realizada el 17 de agosto del ‘97 en el Club Belgrano, donde se votó una plataforma que es la contracara de todas las posturas que Parajón desarrolló en su discurso, y que viene sustentando últimamente.
A medida que crece en las encuestas electorales, Pueblo Unido va derechizando sus planteos. Recientemente, Tucumán fue sacudida por una ola de luchas, que se tradujo en importantes concentraciones, cortes y un paro provincial convocado por una de las CGTs, y en ese proceso, PU, como fuerza organizada, estuvo completamente ausente.
¿Furgón de cola de la Alianza?
Pueblo Unido y el propio Parajón denunciaron en el pasado sistemáticamente a la Alianza como una variante del modelo neoliberal. Sin embargo, en el mes de agosto, Parajón recibió con bombos y platillos a Fernández Meijide en su sede central, y posteriormente se reunió con el Chacho Alvarez. Previo a ello, ya había claras evidencias de esta confluencia. Para el 7 de agosto, Pueblo Unido había acordado convocar a una movilización con la Alianza en repudio al intento reeleccionista de Menem, con la consigna de “defensa de la democracia y el estado de derecho”. Como Menem se ‘bajó’ de su proyecto antes del 7 de agosto, Pueblo Unido acordó con la Alianza transformar esa convocatoria en una manifestación contra la impunidad de Bussi, corriendo la fecha para el 12 de agosto, una acción de encubrimiento de quienes un mes antes, junto al PJ, habían indultado a Bussi por medio de un juicio político trucho, permitiendo que el genocida volviera al gobierno de la provincia.
Parajón sigue diciendo que no va a hacer alianza con nadie. Como las elecciones van a ser desdobladas, su posición se refiere sólo a la táctica de Pueblo Unido para las elecciones provinciales. Parajón nada dijo en el acto, ni antes ni después, sobre las elecciones nacionales y ante una eventual doble vuelta. Pueblo Unido no ha fijado posición sobre la Carta a los Argentinos, ni sobre la conducta de la Alianza, de Fernández Meijide y De la Rúa en relación con la reforma laboral e impositiva o sobre la corrupción generalizada que envuelve a todos los gobiernos de la Alianza.
La izquierda democratizante
Izquierda Unida y Patria Libre fueron al acto de Pueblo Unido e incluso tuvieron oradores. Para Manfredo, del PC, con Parajón el pueblo llega al poder. Para Masso, de Patria Libre, Pueblo Unido es la expresión de la revolución nacional y comparó a Parajón con Alem, Yrigoyen, Perón y ¡el Che!
Esta izquierda democratizante que le dio la espalda a Pueblo Unido cuando jugaba un papel movilizador y organizador de las masas y que ocultó las resoluciones de la Asamblea Popular del 17 de agosto del ‘97, hasta el punto que en las prensas de esos partidos ignoraron su realización, hoy está jugada a apoyar las posturas aliancistas de Pueblo Unido a cambio de un plato de lentejas.