Provincia de Buenos Aires: Kicillof no escapa al retroceso del peronismo
La elección del FIT-U y las Paso
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Caravana de la lista Unidad de Luchadores y la Izquierda (foto: Fede Imas)
En el marco de la peor elección de la historia del peronismo en el país, la provincia de Buenos Aires, territorio clave de su influencia histórica, especialmente en el conurbano, no desentonó. Massa sale atrás de Milei y, como coalición, Unión por la Patria (UP) le gana apenas por tres puntos a Juntos por el Cambio. Cuatro millones y medio no votaron y más de medio millón lo hizo en blanco.
Kicillof ganó, pero no escapa al retroceso del peronismo. Solo aventaja por 3,5% a JxC y otros 1,9 millones de votos fueron a la impresentable Carolina Píparo, de Milei, que ya ofrece su electorado a Grindetti. Desde luego, Grindetti, que ganó por centésimas a Santilli, deberá retener sus votos y aumentar para disputar la provincia. Kicillof quedó mejor posicionado pero no tuvo contrincante, él colectó todos los votos de las internas, por abajo en las intendencias y por arriba entre Massa y Grabois. Su perfil más kirchnerista le hará difícil pescar en la pecera de Santilli.
En definitiva, con Kicillof, el peronismo registró también un retroceso en la provincia que gobernó con ventaja en los adelantos del Tesoro, pero atada al ajuste general, con un canje de deuda ruinoso, sin parar la decadencia histórica en la educación pública y particularmente el hospital público, sin tierra ni viviendas después de Guernica y con la Bonaerense de Berni, no solo trompeada por los choferes sino clara responsable de los territorios liberados, como el del crimen de Morena, que conmocionó a la provincia y al país en las horas previas a la elección.
La sujeción al FMI de todo el gobierno, la miseria social y el crecimiento del narco-estado en el conurbano hicieron lo suyo para extender la debacle general del kirchnerismo también al territorio en el que se refugió. Massa, que venía de perder con su candidato a gobernador en Chubut, perdió Tigre con su esposa, un golpe fuerte para quien pretende polarizar con Milei para meterse en el balotaje. Justamente en su distrito aparecieron las evidencias de trenzas con los de Milei, prestándole candidatos que involucraron a la propia Malena. Toda la mugre de la “casta política” y la impostura del anticasta en el distrito del superministro-candidato.
La “maniobra genial” de Cristina de inflar a Milei durante una etapa, en realidad, contribuyó a la catástrofe nacional de la victoria del facho. En la provincia fue eficaz para dividir el voto derechista que no obstante suma entre JxC y Milei un enorme 56,68%. Grindetti no ve acuerdo posible con Píparo, y es difícil que los votos de Milei viren en la provincia a Juntos por el Cambio. En cambio, la trama de Juntos por el Cambio está muy integrada: Santilli ganó cuatro secciones y Grindetti otras cuatro, ambos han retenido intendencias, aunque se produjo la resonante caída del clan Posse en San Isidro. Pero es un final abierto en medio de la devaluación, el aumento de combustibles y alimentos, que serán explosivos en el conurbano.
El análisis de las intendencias trasciende los límites de estas líneas, pero Grindetti y su heredero perdieron frente a la suma de UP en Lanús. Una pintura del compromiso en la crisis de régimen de ambas coaliciones. Espinosa retuvo La Matanza a pesar del descomunal despliegue de aparato del Evita; Grosso, de Patria Grande, perdió frente a Moreira, el delfín del “albertista” Katopodis. Selci, de La Cámpora, lo desbancó a Zabaleta tras su aventura como ministro de Alberto. Mariel Fernández retuvo Moreno, Mendoza en Quilmes y también derechistas redomados como Granados en Ezeiza o Gray en Esteban Echeverría. Poco nuevo bajo el sol. Pero el final cerrado de las coaliciones derrotadas a escala nacional, las exiguas diferencias en la provincia y el fenómeno del facho libertario, abrirán un sálvese quien pueda de intendentes, muy duchos en la maniobra.
El FIT-U, en términos generales, se mantuvo en los porcentajes de la reducida elección de 2019, muy polarizada. Respecto de la importante elección de 2021, la caída ha sido muy pronunciada. No pudimos canalizar la reacción popular electoral ante la crisis de las coaliciones de gobierno que capitalizó por derecha, fuertemente, Milei. El voto al facho penetró en los barrios más sumergidos por la crisis social.
Para rescatar, que el mapa de la influencia política del Frente se desplazó (al igual que en 2021) del primer cordón hacia las zonas más proletarias, por ejemplo con el 5,02% en La Matanza, contra el 3,86% Vicente López, algo que era más que a la inversa en el pasado. Nuestra militancia en los barrios obreros no puede ser ajena a ese fenómeno. Nuestro resultado adverso frente a la lista de Bregman y Del Caño refleja varias cosas, la principal, la enorme diferencia de instalación desde la que partimos respecto de Solano y Ripoll. Pero también que el centro de gravedad impuesto en toda la agenda política fue contra las masas y contra los que luchan, con quienes nos identificamos completamente. La nuestra fue una campaña muy ligada a la lucha de clases que partió del importante plenario del 17 junio con la militancia y las organizaciones de lucha que se sumaron, con los paros docentes, con los paros y movilizaciones del Sutna o con el piquetazo de julio, en medio de la campaña. Perdimos frente al planteo de adaptación al kirchnerismo y al centroizquierda progresista de Bregman, muy acentuado por momentos. Pero hemos instalado un debate político estratégico en el FIT-U y un referente nacional para llevarlo adelante.
Nuestra campaña en la provincia fue formidable de la mano de Gabriel, de Romina, de cada candidato local, también en acciones comunes con el MST. Hacia octubre, la clave será ligar el llamado al voto al FIT-U con la acción de reagrupamiento y lucha contra Milei y los agentes del FMI que gobiernan ahora mismo.
https://prensaobrera.com/politicas/a-donde-va-la-argentina-luego-del-triunfo-de-milei-y-la-devaluacion-de-massa-y-el-fmi