Políticas

2/4/1998|579

Ptp, con los amnistiadores

El 24 de marzo, el Ptp decidió pasarse al campo alternativo que manejan el Banco Mundial, la Compañía francesa de Agua (Lyonaise des Eaux) e incluso Menem. En una reunión preparatoria de esta movilización, el Ptp había reclamado que la Multisectorial de partidos de izquierda, P. U. y organizaciones de DD.HH. se sumara a la convocatoria de la Multipartidaria del PJ y la Alianza. El argumento de la unidad contra el bussismo fue repudiado por las organizaciones de izquierda y por Pueblo Unido. Se denunció que la participación en el acto de la Multipartidaria estaba condicionada a no tocar el tema de las leyes de impunidad. Al día siguiente un plenario de los organismos de DD.HH. también rechazó la invitación y decidió mantener la convocatoria Multisectorial. En definitiva, el Ptp pretendía que la Multisectorial y los organismos de DD.HH. fueran de furgón de cola de los partidos que están actuando en esta crisis como chaleco de fuerza de la movilización popular, que pública y cotidianamente emiten declaraciones maccartistas contra la izquierda, y cuyas bancadas nacionales, ese mismo 24, iban a consagrar la impunidad al mantener intactos los derechos adquiridos de los genocidas. El Ptp se justificó en nombre de ampliar el frente antibussista, caracterizando que todas las fuerzas políticas, incluso Menem, estaban contra Bussi. Incluso deslizaron varias veces que si bien la Intervención Federal no era la mejor variante, no había que agitar su rechazo anticipado pues sería una manifestación del triunfo popular.


Si la política del Ptp es bochornosa, más aún lo fue el propio acto de la Multipartidaria donde la oradora del Ptp compartió tribuna con Benito Orlando Ferreyra de la UCR (ex dirigente de Vanguardia Federal, uno de los partidos colaboracionistas de la dictadura); con Virgilio Nuñez, ex burócrata de Luz y Fuerza y uno de los promotores de los carapintadas y el seineldismo en Tucumán. El acto fue incluso cerrado por el bussista Ibarreche, un hombre que contribuyó a la organización de Fuerza Republicana y luego se separó para conformar el “Nuevo Partido”, defensor público de la Fundación del Tucumán. Todos se dedicaron a defender el régimen político actual que es el que ha consagrado la impunidad de los genocidas y hundido en la peor de las miserias a las masas populares.


El Ptp repartió una declaración que plantea que la crisis tucumana necesita de un gobierno de Unidad Popular integrado por los sectores patrióticos y democráticos. O sea, un gobierno de la Multipartidaria más el Ptp o una Intervención Federal con el Ptp adentro.