A raíz de la gran jornada de lucha unitaria realizada el jueves 14, el PTS e IS han lanzado un ataque contra el Partido Obrero y han dejado en claro su política ultimatista contra los movimientos de lucha. El PTS lo hace a través de un artículo de Lucho Aguilar, que denuncia “las vueltas del PO para no denunciar a las candidaturas del ajuste y ocultar al Frente de Izquierda”. Izquierda Socialista, por su parte, lo hace mediante un artículo de Javier Leonforte (¡de un único y pequeño párrafo!) titulado “PO no reivindica al FIT-U”.

Como es de público conocimiento -y los artículos del PTS e IS confirman- la jornada de lucha unitaria fue una iniciativa impulsada por la Unidad Piquetera. Lo que probablemente no sepan los escribas y dirigentes de ambos partidos -ya que desde hace dos décadas se mantienen al margen del movimiento de trabajadores informales y desocupados más masivo y combativo del último cuarto de siglo en la Argentina y hasta incluso se han encargado de denostarlo- es que la iniciativa impulsada por la Unidad Piquetera partió de una propuesta realizada por el Polo Obrero. Tanto el documento base presentado por la UP como la versión final del mismo -consensuado entre todas las organizaciones sindicales, sociales, de DD.HH., ambientales, estudiantiles y políticas que lo firmaron- denuncian a todas las fuerzas patronales. Así lo reconoce el propio PTS cuando en su artículo cita la bandera que encabezó la marcha y las consignas que precedieron el documento “¡Abajo el ajuste de Massa y el FMI, contra la ofensiva de Milei y la derecha!”. De una lectura global del documento cualquiera puede darse cuenta que este denuncia a todos los candidatos patronales, con nombre y apellido, y sus políticas antiobreras y represivas. A modo de ejemplo, el documento denuncia que Bullrich comparte con Victoria Villarruel el negacionismo del genocidio militar y que, desde Cristina Kirchner hasta Milei, todas las fuerzas patronales llevan adelante una política de estigmatización del movimiento piquetero.

Decir que “el PO da vueltas para no denunciar las candidaturas del ajuste” revela una falta de honestidad intelectual de parte del PTS. Se trata de una intriga deliberada contra el PO, lo cual es una práctica impropia de un partido revolucionario.

Lo que el PTS en realidad quiere “denunciar” es que el PO no se sumó al ultimátum de IS y el PTS contra el frente único de lucha. El ultimátum consistía en reclamarle al heterogéneo bloque de organizaciones que firmaron el documento que suscriban una definición a favor del voto por el Frente de Izquierda. Esa pretensión, cualquiera puede darse cuenta, ponía en riesgo la participación de numerosas organizaciones e incluso la realización de la propia jornada. No solo Libres del Sur se oponía a que el documento se definiera por un voto al FIT-U, como sesgadamente sostiene Lucho Aguilar. También numerosas organizaciones piqueteras, que se reclaman de la izquierda revolucionaria y que tienen una práctica electoral abstencionista, se pronunciaron en contra. Ni hablar de las organizaciones sindicales, que de ningún modo cuentan con el mandato para pronunciarse por un voto al Frente de Izquierda, ni corresponde que lo hagan en tanto son organizaciones de masas y en numerosos casos dirigidas por frentes antiburocráticos a los cuales excede por completo un alineamiento de ese tipo.

De seguir la orientación del IS y el PTS la marcha hubiera quedado reducida a los propios partidos del Frente de Izquierda y su periferia más cercana. Se trata de una política contraria a la puesta en pie de un frente único de lucha que impulse la acción de masas contra el gobierno y la derecha. Lo cual, de por sí, es un paso adelante del movimiento real. Pero además, el atentado contra el frente único de lucha es también un atentado contra el propio Frente de Izquierda. Pues de no haber existido la jornada del jueves, el FIT-U se hubiera privado de poder mostrar -en el terreno práctico y concreto de la lucha- quiénes son los candidatos que acompañan los reclamos populares y quienes son los que no; quienes están con el pueblo que pelea y quienes son los ejecutores del ajuste.

Que “el PO no reivindica al FIT-U” o que “oculta al Frente de Izquierda” es la mentira que remata la intriga montada contra nuestro partido por parte de IS y el PTS. La Prensa Obrera impresa del jueves 14, que la militancia del PO distribuyó en la jornada unitaria, llevó como título “Por qué votar al Frente de Izquierda”. Incluso, en la reunión preparatoria del viernes 8, tanto Pablo Giachello como Eduardo Belliboni reivindicaron el voto al Frente de Izquierda. Más de 60 referentes de las distintas organizaciones que participaron de la reunión del 8 son testigos de las intervenciones de ambos dirigentes del PO. Belliboni explicó además que, en la UP, el debate político-electoral ha tenido lugar en forma regular. Justamente, ha sido ese debate político lo que llevó a que importantes organizaciones piqueteras, como el MTR 12 de Abril, la William Cooke y la UTD, participaran del plenario del 17 de junio e integraran y militaran intensamente las listas del Frente de Izquierda en las recientes Paso.

El ultimátum del PTS e IS contra el frente único de lucha tiene una raíz electoralista. Es decir, democratizante. Pero el electoralismo democratizante es también un golpe contra las posibilidades electorales del Frente de Izquierda. Las intrigas contra el PO son una práctica antirrevolucionaria. El PTS e IS deben cambiar sus prácticas y sus políticas.

Posdata. Cuando concluíamos este artículo nos enteramos, por medio de nuestros compañeros de Tribuna Docente, que el PTS le propuso al plenario del frente antiburocrático Multicolor de UTE un pronunciamiento en favor del voto al Frente de Izquierda. La Multicolor está compuesta por agrupaciones que no integran ni apoyan al FIT-U y por 400 candidatos que se pronunciaron por una UTE democrática y de lucha, contra la orientación de la burocracia Celeste, pero de ningún modo en apoyo al FIT-U. Naturalmente, el plenario rechazó la propuesta del PTS. Otro tanto ocurrió en la ruptura por parte del PTS del frente de izquierdas en el centro de estudiantes de la Unsam, para hacer una campaña divisionista por la lista de Bregman y Del Caño. Como se ve, el ultimatismo y la falta de tacto, insistimos, atentan contra el frente único y desprestigian al Frente de Izquierda.

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