¡PTS… KO!

Un bochorno

En un largo capítulo final del artículo publicado en la última revista En defensa del marxismo (“Catastrofismo, forma y contenido”) Pablo Rieznik realiza una demoledora acusación al PTS. El título es “catástrofe teórica” y señala que, en su intento de intervenir en el debate sobre la cuestión del derrumbe del capitalismo formulada por Marx, el PTS se coloca “a la derecha de Bernstein”, el fundador del revisionismo más de un siglo atrás.

El viejo socialista alemán, colaborador de Engels, se declaró contrario a la revolución y partidario apenas de la lucha por reformas del capitalismo pero nunca puso en duda que las condiciones mismas del desarrollo capitalista darían lugar a un orden social superior.

Los revisionistas modernos se caracterizan en cambio por negar que el capital tienda a naufragar en un agotamiento histórico. Bernstein sostenía que el socialismo sobrevendría pacíficamente por los límites históricos del capital; sus émulos al siglo XXI niegan la tendencia del capitalismo al colapso.

Este es precisamente el eje de las posiciones del PTS sobre las que abunda Rieznik en el capítulo mencionado, con citas y referencias muy claras del texto que critica.
El PTS vuelve ahora al tema en su última revista1. Del extenso final del artículo de Rieznik, en la cual son directamente aludidos de un modo casi brutal… ¡nada! Ni una línea, ni una palabra; ¡como si no existiera! Los “teóricos” del PTS se explayan sobre otras apreciaciones relativas al catastrofismo que carecen de todo valor. ¿Habría que insistir en considerarlas si mañana podrían ser totalmente ignoradas como sucede ahora con lo que escribieron la última vez? Lo que importa es que abandonan el campo sin intentar la más mínima defensa de sus propios planteos, como si jamás hubieran figurado, blanco sobre negro.

¿No es vergonzoso? No recuerdo bochorno semejante en polémicas teóricas y/o políticas.

Las nuevas consideraciones petesianas sobre el “derrumbe”, son macaneos “ad hoc”, con una función deleznable, porque más que una retirada encubren un fraude político e intelectual. Un intento burdo por esconder a sus propios lectores las trapisondas de sus planteos. El PTS pasa así de la “catástrofe teórica” a la impostura; pretendiendo esconder lo que ha escrito, alardeando un saber del cual carece por completo. En lugar de admitirlo y de un sencillo “nos equivocamos”, la maniobra, la intriga, el ocultamiento a sus propios militantes y seguramente el autoengaño. Así no se puede construir un partido ni nada serio. Todo es maniobra y futilidad; el “movimiento lo es todo, la finalidad no importa”, para decirlo con la falsa dialéctica del Bernstein original.

Pero, claro, ¿que podían responder los amigos del PTS? Vienen de afirmar sin pudor que “el capitalismo no se caracteriza por una decadencia crónica e irresoluble”, que su desarrollo es “complejo” porque pasa de la euforia a la depresión y viceversa, que la teoría del derrumbe no es de Marx, que el movimiento del capital no es hacia su propio colapso y que hasta las peores crisis son sólo un momento del capitalismo, que luego se transforma en expansión y “boom” económico.

Con razón planteaba Rieznik en el artículo de marras que mientras Bernstein no pudo reconocer la catástrofe capitalista en el momento histórico de apogeo de la civilización burguesa, el PTS desconoce la catástrofe del capital en su período de agonía y descomposición. Por eso están a la derecha del viejo revisionismo. La pretensión de que Trotsky oponía al planteo del derrumbe del capital, la tesis de un “equilibrio inestable”, como un vulgar economista del montón, coloca al PTS simplemente en el ridículo, se lee en la conclusión del artículo de Rieznik.

El PTS ha elegido un mutis por el foro. Además indigno, porque luego de haberse metido por la ventana en la polémica, dicen que Rieznik “retrocede en los puntos centrales que plantea” y vuelven a falsificar citas para adecuarlas a su “crítica”. Con razón Rieznik alertaba a sus lectores que el artículo petesiano original “incluía una buena dosis de mala fe”.

Los del PTS, como buenos economistas, son muy malos socialistas: por eso nunca se pronunciaron sobre las críticas del PO al grupo de “economistas de izquierda” (EDI), en cuyo seno militaban en ocasión de su fundación.

1. Mercatante, Esteban y Noda, Martín: “Gradualismo y catastrofismo”, Lucha de Clases, Nº 8, Buenos Aires, Segunda época, junio de 2008

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