El derrumbe del “plan” Cavallo ha puesto a todo el interior en pie de lucha. Como en Córdoba y como en Jujuy, los trabajadores salteños están protagonizando grandes movilizaciones por el pago de los salarios atrasados.

La Municipalidad salteña fue apedreada por mil quinientos empleados municipales, que luego de protagonizar una ruidosa movilización descargaron su ira sobre la sede comunal. El conflicto se extiende a casi todas las comunas del interior.

La policía salteña, que custodiaba la movilización municipal, no reprimió a los trabajadores… porque a ella, también, le deben sus sueldos.

Pero los municipales de la capital salteña, hasta cierto punto, deberían considerarse “privilegiados”: sus compañeros municipales de Güemes no cobran un peso de sueldo desde hace ya tres meses. En Güemes, las manifestaciones son cotidianas y la administración provincial se encuentra paralizada.

La política de Cavallo y de sus “chirolitas” provinciales es, lisa y llanamente, el exterminio por hambre de los trabajadores.