Políticas

8/9/1994|427

Quarracino quiere ponerle sotana a los homosexuales

Sólo los nazis llevaron a la práctica la “idea”  que Quarracino planteó desde la TV estatal: establecer un ghetto para los homosexuales.


No basta, sin embargo, con ser un cardenal fascista para decir las cosas que dijo Quarracino; además, hay que tener —como la tiene el cardenal— la impunidad comprada.


Los que le aseguran a Quarracino la impunidad no son otros que los “demócratas”  que han ratificado la subordinación constitucional del Estado  a la Iglesia; los “demócratas” menemistas que proscriben el derecho al aborto; los “demócratas” frentegrandistas, que han incluido en la nueva Constitución —pacto de San José de Costa Rica mediante— la prohibición del aborto y la enseñanza religiosa; los “demócratas” duhaldistas, que pretenden imponer la obligatoriedad de la educación religiosa en las escuelas públicas bonaerenses.


La complacencia y la complicidad del conjunto del régimen político con las exigencias antidemocráticas y totalitarias de la Curia son el punto de partida de los ataques de Quarracino contra los homosexuales  y contra los derechos sexuales de todos los ciudadanos.