El balotaje es un método institucional para forzar la constitución de mayorías electorales. Fue “inventado” en 1832 en Francia y utilizado como un instrumento por el Segundo Imperio de Napoleón III para reforzarse como poder supremo. Explícitamente, se aplica “cuando ninguno de los dos candidatos más votados reúna la mayoría absoluta de los sufragios”. Fue adoptado también por De Gaulle en la llamada V República para plebiscitarse artificialmente forzando la creación de mayorías electorales.

En Argentina fue la dictadura de Lanusse la que instaló su aplicación en 1972, con vistas a las elecciones de 1973. Esperaba que el peronismo no tuviera mayoría absoluta superior al 50%, para forzar un frente de la derecha. Pero el resultado de las elecciones del 25 de mayo le dio a Héctor Cámpora, del PJ, el 49,53% de los votos contra el 21,29% de Ricardo Balbín de la opositora UCR. La derecha renunció a usar esa prerrogativa.

Esa legislación de la dictadura lanussista fue anulada.

El balotaje volvió a instalarse en 1994 con la reforma constitucional reaccionaria pactada entre Alfonsín y Menem, que tenía como uno de sus ejes centrales el de habilitar la reelección presidencial de Menem.

Fue en 2003, en las primeras elecciones después del “Argentinazo”, que se planteó su utilización. En dicha oportunidad, Menem obtuvo el primer lugar con el 25% de los votos, superando a Néstor Kirchner que salió segundo con el 22%. El clima del país llevó a que Menem renunciara -siendo el primero-, temeroso del frente que se armaría para bloquear su acceso a la presidencia. Se dio por ganada la elección presidencial entonces a Néstor Kirchner.

Mientras que el balotaje, que se aplica en algunos países, plantea que hay que sacar el 50% más uno de los votos para dar por ganada la elección; en Argentina se modificó: si el candidato sacaba más del 45% o, incluso, si sacaba más del 40% con una diferencia de 10 puntos sobre el segundo candidato, también se lo consideraba ganador de la compulsa electoral.

En Argentina se aplicó por primera vez en 2015: Scioli, del frente kirchnerista-peronista, obtuvo el 37% de los votos; Macri, segundo, sacó 34% y Sergio Massa, en tercer lugar, obtuvo el 21%. Se tuvo que ir a una segunda vuelta de balotaje donde Mauricio Macri obtuvo el 51,34% de los votos, contra el 48,66% de Scioli. La derecha había unido los votos de Macri y de Massa para imponer una mayoría electoral.

Ahora, en las elecciones de este año se ha vuelto a plantear el problema de la aplicación del balotaje. Sergio Massa, el candidato oficialista sacó el 36,68% de los votos, y Javier Milei, el candidato de la derecha fascistoide, el 29,98%. Según la legislación electoral deben ir a una segunda vuelta que se realizará el 19 de noviembre próximo.

Con esta segunda vuelta (en realidad tercera si se toma en cuenta las preliminares de las Paso) se pretende forzar la constitución de una mayoría electoral que ninguno de los dos candidatos ha logrado.

Se trata de una extorsión dirigida a todo el electorado, porque no se le permite elegir al candidato de su preferencia política, sino que se lo fuerza a votar por lo que considere el “mal menor”. En el caso de la izquierda y de la vanguardia de las luchas obreras y populares que presentó fórmulas electorales propias en las elecciones generales, tanto contra Massa como contra Milei, se ve presionada a elegir entre un gobierno que ha llevado el país al abismo e implementado un enorme ajuste fondomonetarista hundiendo a las masas trabajadoras y una “oposición” fascistoide que plantea desarrollar esta política de ajuste en forma “más consecuente”, más ofensiva aún contra las masas. Pretenden que el pueblo elija entre Guatemala y Guatepeor.

Se trata de una maniobra antidemocrática que introduce la posibilidad de que sea desconocido el veredicto de la votación del 22 de octubre en favor de combinaciones políticas diversas. Y, también, de darle carácter plebiscitario (la “mayoría absoluta del país”) al gobierno que salga electo para aplicar el ajuste.

El instrumento del balotaje debería ser anulado por antidemocrático y reaccionario.

https://prensaobrera.com/politicas/la-izquierda-va-a-organizar-las-luchas-contra-el-ajuste-venga-de-quien-venga