Políticas

30/6/2023

¿Qué hacer con la obra pública?

Gabriel Solano y Vilma Ripoll, que encabezan la lista "Unidad de la izquierda y los luchadores" en el FIT, expusieron su programa de gobierno.

Foto: Andrés, @ojoobrerofotografia

En la presentación de su programa político, Gabriel Solano y Vilma Ripoll, la fórmula presidencial de la lista “Unidad de luchadores y la izquierda” del FIT, detallaron a dónde estaría dirigida la obra pública del país en caso de llegar al gobierno.

El acuerdo con el FMI -apoyado por todos los partidos del régimen- supone un fuerte ajuste en obra pública: el presupuesto para la misma cayó 2,5% real en los primeros cinco meses del 2023, respecto al mismo período del año anterior. Esa orientación no solo es recesiva, sino que además desalienta la creación de empleo y profundiza las carencias de la población.

Por eso, romper con este pacto ruinoso, repudiar la deuda externa usuraria y nacionalizar bajo control obrero la banca y el comercio exterior permitiría concentrar el ahorro nacional y destinarlo, entre otras cosas, a la obra pública. La misma no debe estar orientada a reforzar la especulación inmobiliaria y los negocios de la patria contratista en connivencia con el poder político, como ha ocurrido bajo los sucesivos gobiernos, sino a apuntalar el desarrollo del país y satisfacer las necesidades populares.

Frente al déficit de 4 millones de viviendas en el país, es necesario construir esas unidades habitacionales, en los terrenos fiscales u ociosos, empleando mano de obra desocupada bajo convenio. A su vez, hay que dar lugar a planes de urbanización de los barrios precarios, gestionados por los propios vecinos. Así como también garantizar la extensión de servicios públicos, considerando que 7 millones de personas viven en condiciones de saneamiento inadecuadas, 14 millones no tienen conexión a una red cloacal, 16 millones no poseen conexión de gas natural y más de 10 millones habitan casas con obras básicas pendientes. Asimismo, el 20% de la población no tiene agua potable en su hogar.

Por otro lado, los recursos del país en materia de obra pública también deben emplearse en la construcción y refacción de escuelas. Lo muestra el hecho de que 50 mil chicos se hayan quedado sin vacante para ingresar a una escuela en CABA, la carencia de más de 24 mil aulas en todo el país para suplir la demanda en nivel inicial o la emergencia edilicia en las escuelas del Amba. Se necesitan además nuevos hospitales y centros de atención primaria, a juzgar por el nivel de colapso que presenta el sistema sanitario.

A su turno, debemos reconstituir las líneas férreas del país, desguazadas bajo el menemismo, y la flota mercante de bandera, hoy en manos de compañías internacionales que controlan el comercio exterior de Argentina. De conjunto, se trata de un plan que daría una enorme impulso económico al país, reactivando el mercado interno e industrias complementarias y generando millones de puestos de trabajo.