La frase de Eduardo “Chiquito” Belliboni, vertida en AM750, despertó un revuelo mediático y críticas por parte de aquellos periodistas que no pierden oportunidad para atacar al movimiento piquetero que lucha contra el hambre y la pobreza en este país. En esa entrevista radial, el dirigente del Polo Obrero afirmó: “Espero que le vaya muy mal a Milei y muy bien a los trabajadores. Más que nunca se necesita unidad, organización y lucha”.

A su vez, remarcó que “No tenemos ninguna expectativa en el gobierno que viene. Algunos dicen: ‘que le vaya bien, así nos va bien a todos los argentinos’. Yo quiero que le vaya mal al gobierno de Milei, porque si le va bien nos va a ir muy mal a los trabajadores”.

Frente a esos dichos, enemigos declarados del movimiento popular, como los “periodistas” Luis Majul y Alfredo Leuco, le achacaron al dirigente piquetero no estar respetando la voluntad del 56% del electorado que votó a Milei, e, incluso, lo acusaron de oponerse al presidente electo porque bajo su mandato perdería el “manejo de los planes sociales”.

Nuevamente, estos mercenarios que viven rodeados de privilegios se ocuparon de atacar a los miles de trabajadores desocupados y precarizados que salen a las calles en reclamo de trabajo genuino y alimentos para los comedores barriales, insinuando que se movilizan detrás de un plan social que las organizaciones reparten de manera punteril. Lejos de eso, quienes se organizan en la Unidad Piquetera votan en asambleas cada acción de lucha, y, con el mismo método, distribuyen democráticamente las reivindicaciones conquistadas. Lo cierto es que a los dueños del poder y a sus lacayos les duele que haya una fracción tan combativa de la clase trabajadora que pelea de forma inclaudicable por sus reclamos gobierne quien gobierne.

Por otro lado, rechazamos el razonamiento de que no deberíamos enfrentar las políticas antipopulares del próximo gobierno porque fue votado por un amplio porcentaje de la población. Quienes lo hicieron no le dieron el mandato de atacar las condiciones de vida del pueblo, sino que expresaron su hartazgo ante el fracaso de la gestión peronista. Lejos de querer confrontar con aquellos trabajadores y jóvenes que optaron por Milei en estas elecciones (como insinuaron algunos medios), nos disponemos a debatir con ellos y ganarlos a la lucha contra el feroz ajuste que se viene.

Dicho esto, es claro que si a Milei “le va bien”, es decir, si prosperan sus planteos, a las mayorías populares nos va a ir muy mal. Es simple: el liberfacho tiene la tarea de descargar la bancarrota del país sobre las espaldas de los trabajadores en función de recomponer la tasa de ganancia de los capitalistas.

Por ejemplo, si cumple su promesa de eliminar la obra pública se quedarán sin empleo alrededor de 500 mil trabajadores, además de agravar la crisis de vivienda y de infraestructura escolar y sanitaria. Asimismo, la privatización de empresas públicas, enunciada por La Libertad Avanza, también pone en riesgo los puestos de trabajo.

Si vuelve el sistema de jubilación privada, los haberes previsionales se hundirán todavía más, ni hablar si logra rifar el Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la Anses como planea Caputo. En ese sentido, el plan motosierra tiene como uno de sus flancos principales a las jubilaciones.

Alcanzar el ajuste fiscal del 15% del PBI como pretende Milei también implica despidos de trabajadores estatales, recortar los subsidios energéticos, con sus consecuentes tarifazos; retacearles recursos a las provincias, agudizando el desfinanciamiento de la educación y la salud en cada una de ellas y poniendo en riesgo los salarios del sector público; y licuar los montos destinados a la asistencia social, en un país con 45% de pobreza.

A su vez, “poner en valor” YPF como paso previo a vender las acciones que están en manos del Estado, así como también, equiparar los precios internos del gas y el petróleo a los internacionales en alza -dos propuestas incluidas en la plataforma de LLA- significará aumentos siderales en los combustibles y en la boleta de luz y gas.

Por otra parte, si el próximo gobierno logra aplicar la reforma laboral que anunció en campaña, el conjunto de los trabajadores perderemos la indemnización por despido, entre otros derechos conquistados por el movimiento obrero gracias a la lucha. Eso sin mencionar las consecuencias del salto cambiario y el mayor endeudamiento en dólares que tiene en carpeta.

Que a Milei le “vaya bien” es sinónimo de impunidad para los genocidas, Fuerzas Armadas volviendo a jugar un papel en la represión de la protesta social, derogación del aborto legal y el regreso de las muertes y mutilaciones de mujeres pobres en la clandestinidad, avances privatistas en el terreno de la salud y la educación, mayor obstrucción oscurantista de la ESI y más subordinación al imperialismo yanqui.

En definitiva, el programa de Milei llevado a fondo incluye la conformación de un grupo de choque compuesto por civiles que estén dispuestos a enfrentar físicamente a los trabajadores que salgan a luchar, anhelo expresado por Macri en una reciente aparición pública.

Que no cuenten ni con el Partido Obrero ni con el Polo Obrero para contribuir en la gobernabilidad de un gobierno que prepara un plan de guerra contra el pueblo. Ninguna tregua, nos van a encontrar en la calle desde el primer día, procurando la derrota de la ofensiva en ciernes y el triunfo de los trabajadores.

https://prensaobrera.com/movimiento-piquetero/piqueteros-se-movilizan-a-desarrollo-social-por-alimentos-aumento-en-los-programas-sociales-y-aguinaldo

https://prensaobrera.com/politicas/el-rodrigazo-de-1975-milei-y-la-bancarrota-explosiva-de-hoy