Que la vote el Rey de España
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Mientras los hogares argentinos son consumidos por la inflación y el Estado entrega subsidios por tres mil millones de dólares a los grupos económicos para evitar el colapso del abastecimiento de gas y energía, la candidata digitada por el gobierno para las próximas elecciones hace campaña por el mundo con los fondos del Estado.
No sólo.
El viaje a la residencia de verano del rey fue costeado por empresarios españoles.
¿Para quién piensa gobernar, si gana?
Si la candidata ejerciera las facultades intelectuales que le atribuyen sus conocidos, sabría que la salida de dólares que provocó la reciente devaluación del peso fue impulsada, principalmente, por sus anfitriones ibéricos —el Banco Francés, el Santander, Edesur, Telefónica, Repsol y los demás.
Telefónica Argentina está tratando de imponer a los trabajadores un régimen laboral esclavizador, en especial en los ‘call centers’, a pesar de que es el pulpo que más gana en el país.
La importación de celulares es uno de los rubros que más consumen las reservas de divisas de Argentina.
La candidata no viajó a Santa Cruz durante la lucha docente, pero ha tenido la audacia de entrometerse en las dispendiosas vacaciones de sus altezas, que paga el pueblo español.
Cristina Fernández no defendió, ante sus anfitriones, la causa de la asamblea de Gualeguaychú —a sabiendas de que es inminente la entrada en producción de Botnia.
Pero sí volvió a insistir en la necesidad de un ‘pacto social’, o sea de meter más a los burócratas sindicales en la tarea de controlar los salarios de los trabajadores.
Para los explotadores españoles esto es música para sus oídos, porque como consecuencia de varios pactos similares lograron convertir a España en el paraíso europeo de la precariedad laboral y de los accidentes de trabajo.
Incluso reclamó, sin poner todas las palabras necesarias para decirlo, que el torturador Ricardo Cavallo, que puede recibir en España penas por miles de años, sea juzgado en Argentina, así puede salir a pasear bajo la protección del Servicio Penitenciario.
La mona, aunque la vistan de seda, mona queda.
Cristina Fernández no puede ofrecer otra cosa que la política de la clase que representa: la patronal.
La misma que produce los casos Skanska, Greco, la entrega de Cerro Dragón, la financiera de Miceli, los fideicomisos de De Vido.
Vamos por la construcción de una alternativa obrera y socialista.