Políticas

3/10/1995|467

¡Que las obras las paguen ellos!

La notoriedad que ha alcanzado el “plan cloacal Morón” es directamente proporcional a la ola de repudio y lucha popular que ha generado; más de 10.000 personas se han reunido en las decenas de asambleas que recorren casi todos las barriadas y en las cuatro (hasta ahora) movilizaciones realizadas frente al Concejo Deliberante de Morón.


Las cloacas o la vida


Los costos y condiciones del “plan cloacal” son confiscatorios. Para una vivienda familiar de 10 m de frente en una zona media (promedio), el precio al contado es de 1.830 pesos o, de otro modo en 120 cuotas mensuales de 44 pesos, lo que hace un total de ¡5.280 pesos! Los campeones defensores de la “estabilidad” cavalliana, quieren enchufarle a los trabajadores un interés directo del 289% con relación al ya usurario precio contado; para los pequeños y medianos comerciantes la cosa no es mejor: por cada 10 m de frente ¡aun si el local estuviera vacío! deberán pagar la friolera de 6.400 pesos al contado, o 120 cuotas de 153 pesos, lo que representa 18.360 pesos (zona promedio). Para muestra basta un botón… ¡¡y que botón!!


Si tenemos en cuenta que el intendente Rousselot informa (y el proyecto de ordenanza ratifica) que “los beneficiarios (¡¿!) del plan cloacal serán 180.000 frentistas…”, se comprende de inmediato el vertiginoso arrebato “ecologista” con que el intendente pretende justificar la estafa en marcha; si sólo tomáramos el precio financiado de la vivienda familiar por la cantidad de frentistas, las cloacas representan para los verdaderos beneficiarios, los pulpos capitalistas y sus representantes políticos, un fabuloso negocio de más de 950 millones de dólares, sin contar los “mayores costos por… gastos administrativos… y razones de fuerza mayor”, todo convenientemente incluido en el pliego de licitación de la obra y ratificado en el proyecto de ordenanza.


Con cloacas y sin cloacas


Consumados estafadores, los autores del “plan cloacal” tienen prevista la imposibilidad de pago, al contado o en cuotas, de miles y miles de familias trabajadoras y ni hablar de jubilados y desocupados (más del 23% en Morón unificado), como así también la imposibilidad de apelar a una expropiación inmobiliaria más o menos importante (al menos sin generar una “insurrección” popular), el proyecto de ordenanza establece que “… en caso de suspensión de la obra por causas ajenas a la empresa adjudicataria, ésta será indemnizada por el monto total presupuestado”, lo que equivale a decir: 413 millones de dólares.


Por donde se lo mire, el “plan cloacal Morón” es un saqueo contra el pueblo trabajador, hecho a la medida para el consorcio Forni ed I.I.I de Bartolomeis (adjudicatarios de la obra; serían los amigos que le regalaron la Ferrari a Menem) y la imperialista banca Dillon Read, co-autora del golpe de Estado en Córdoba. A partir de aquí, ningún lector de Prensa Obrera se sorprenderá si afirmamos que Morón y Córdoba son ciudades “vecinas” (ver PO Nº 459).


Las asambleas muestran la salida


Desde la primera movilización semi-espontánea de fines de julio último, cuando el Concejo Deliberante se aprestaba a votar el “plan cloacal”, hasta la última (por ahora) multitudinaria y decidida a triunfar, mucha agua pasó por el puente.


En primer lugar, la orientación dominante impulsada por el FREPASO, la UCR y la pequeña burguesía local, consistía en la “búsqueda” de planes alternativos que invariablemente pasaban por el reclamo de “mayor transparencia y cloacas más baratas”. A poco que crecía el repudio popular, las asambleas empezaron a ser masivas y su composición social fue cambiando; se pasó a la presencia masiva de trabajadores, desocupados y familias obreras. Esto fue fundamental para que el movimiento vaya extendiéndose al conjunto de las barriadas y radicalizando sus posiciones.


En segundo lugar, una asamblea en el barrio “El Progreso”, de Villa Tesei, votó un programa que rápidamente encarnó en el conjunto de las barriadas; en ese programa, simple y concreto, se plantea que la red cloacal y de agua potable sea realizada por el Municipio y la Provincia de Buenos Aires, sin costo alguno para los vecinos trabajadores, porque para eso se pagan los impuestos. Lo que equivale a decir ¡que las obras la paguen ellos!


Este programa, votado, firmado y reproducido en miles de volantes por los vecinos del barrio, va ganando la adhesión mayoritaria de las asambleas y al mismo tiempo delimitando y clarificando las posiciones reales del FREPASO y la UCR, que chocan con este reclamo y con su propia base militante. Esto es lo que explica que los “cabildos abiertos” semi-controlados por estas organizaciones hayan sido abandonados por los vecinos trabajadores que van creando un movimiento barrio por barrio y por fuera del control de los “aparatos” tradicionales, que va adquiriendo el vigor necesario para imponerle una derrota a Rousselot y cía., y arrancar los reclamos y reivindicaciones urgentes de los barrios. El Partido Obrero de Morón ha seguido paso a paso los ritmos del movimiento a través de su agitación y colaborando en la organización de asambleas barriales.


¡Cloacas y agua potable sin costo para los vecinos!, por un plan de obras públicas municipal y provincial, controlado y dirigido por las organizaciones propias de los vecinos y financiado enteramente con impuestos progresivos a las grandes fortunas y capitalistas del distrito, para solucionar los urgentes problemas de las barriadas obreras y dar una salida laboral a los miles y miles de trabajadores desocupados. ¡Que se abran al control popular los libros contables del municipio, así sabremos adónde ha ido a parar el dinero del pueblo!