Políticas

4/11/2010|1153

Qué pasó con “la brigada antipiquetera” que K planteó en 2003

En los comienzos del gobierno de Néstor Kirchner, mucho se debatió sobre la creación de una “brigada antipiquetera”. El Buenos Aires Herald (9/11/03) comentó entonces que “una CGT unida -probablemente bajo Moyano-, podría ser la brigada antipiquetera del gobierno”. Aunque del tema no se volvió a hablar, los hechos tienen su propio lenguaje.

En marzo de 2006, una patota de la burocracia de la Uocra y de petroleros desalojó un corte de ruta ¡de los docentes! en Neuquén.

En mayo, otra patota, esta vez radical-kirchnerista, ordenada por el secretario general de Apuba, Anró, agredió a estudiantes de la Fuba que participaban de la ocupación de la Facultad de Medicina.

En octubre de ese año, una banda integrada por punteros de unidades básicas del PJ de la Capital y barrabravas de Chacarita, encabezados por Sergio Muhamad, atacó violentamente a los trabajadores que ocupaban el Hospital Francés. Muhamad y los barras dependían de Héctor Cappacioli, mano derecha del entonces jefe de Gabinete Alberto Fernández. Días después del ataque, se difundieron fotos de Muhamad abrazado con Néstor Kirchner.

En enero de 2007, el gobierno intervino el Indec, y comienzó la manipulación del índice de precios. Los delegados y trabajadores que se oponen son brutalmente golpeados por patotas de UPCN y “empleados” ingresados en el organismo por decisión de Guillermo Moreno. Desde entonces, varios cientos de ellos están instalados en forma permanente en la sede del instituto, imponiendo un régimen de terror contra el resto de los trabajadores.

En todo este período, son sistemáticas las agresiones de la patota de la UTA contra las medidas de lucha que resuelven los trabajadores del Subte. En diciembre de 2007, un colectivo repleto de matones de la UTA desembarcó en las puertas del Hotel Bauen y agredió una reunión del cuerpo de delegados de Metrovías. Dos meses después, la misma patota descargó un ataque contra delegados antiburocráticos de la Línea 60. Hay que destacar que Metrovías es operada por el grupo Roggio, a su vez integrante de la Ugofe, el concesionario que avaló a la patota criminal que asesinó a Mariano.

En noviembre de 2007, una patota del Somu, bajo la batuta de Omar “Caballo” Suárez (aliado de Moyano), irrumpió en una asamblea del Casino, destrozando las instalaciones y golpeando salvajemente a los trabajadores. El propietario del Casino, el empresario K Cristóbal López, culpó de los destrozos a los delegados agredidos, e inició la escalada de despidos contra ellos.

La impronta patotera no es ajena a la “nueva jotapé” que pretende crearse a partir de La Cámpora o el Movimiento Evita. En la presentación en sociedad de esa juventud, en el Luna Park, se anunció su “fusión” con la juventud sindical de Moyano. Las consecuencias se vieron días después, en la marcha educativa del 16 de septiembre. Allí, una gruesa patota oficial formó un cordón sobre la avenida de Mayo para trabar el ingreso de las columnas de la Fuba y de la Cues a la Plaza. Querían defender un acto puramente “antimacrista”, sin denuncias al gobierno nacional. Ya en estos días, en la elección de Medicina, reiteraron esa presencia intimidatoria a la hora del escrutinio.

El crimen de Mariano y las agresiones posteriores en Río Gallegos, a los papeleros de Quilmes o en Merlo, son parte estructural de este régimen, que ha delegado en las patotas paraoficiales o burocráticas la represión de la clase obrera y la juventud independientes del gobierno.