Según trascendidos, el posible ministro de Economía de Javier Milei, Luis Caputo, prevé un ajuste fiscal del 5% del PBI en el Presupuesto 2024. Estamos hablando de una enorme poda sobre el gasto primario, que, sin dudas, constituye la principal ofrenda que el presidente electo llevará consigo en su visita a Washington.

El recorte en puertas supone más penurias para el pueblo trabajador, en momentos donde la crisis social ya es verdaderamente intolerable. Por un lado, el próximo gobierno planea ajustar fuertemente la obra pública y dejarla a merced de la inversión privada, lo cual implicaría un reguero de despidos que ya empezaron a producirse. Están en riesgo 250 mil puestos de trabajo directos y otros 250 mil indirectos.

Además, se encuentran en la mira los subsidios económicos, cuya reducción se traduciría en tarifazos sobre las boletas de electricidad, gas natural y agua corriente, y en subas siderales del boleto. La “motosierra” también llegará a las transferencias a provincias, afectando la inversión en educación, salud y salarios estatales de cada jurisdicción. Sumado a esto, los gobernadores no dudarán en compensar esa merma de recursos aplicando impuestazos sobre el bolsillo popular.

Libertad Avanza también espera alcanzar el ajuste planeado mediante el cierre de ministerios y privatización de empresas estatales, que dejaría a miles de familias en la calle. Como vemos, la casta no saldrá perjudicada de esta política, lejos de eso, las consecuencias de la misma las pagará la población trabajadora con más desempleo, inflación y desfinanciamiento a la salud y educación públicas.

Milei y Caputo viajan a Estados Unidos llevando esa agenda antipopular en el equipaje para congraciarse con el FMI. Quienes vivimos de nuestro trabajo debemos organizarnos para enfrentarla e impedir que el gobierno descargue la crisis sobre nuestras espaldas.

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