Políticas

7/3/2002|744

“Que se vayan todos con la ñoqui-patota”

Declaración de la Asamblea de Villa Adelina

El lunes 18, una movilización de más de 500 vecinos marchó por el centro del distrito para poner freno a las innumerables matoneadas que las asambleas barriales y populares de la comuna vienen sufriendo de parte de ñoquis patoteros junto a funcionarios y concejales.

 

Estas provocaciones en ascenso se pusieron en abierta evidencia luego de la marcha que protagonizaron las asambleas el día 7 de febrero al Hospital Central para entregar su propuesta de superación de la “emergencia sanitaria”, decretada por el intendente. Las mismas consistieron en una golpiza a vecinos dentro de Tribunales y luego, por la tarde, a las comisiones de la Asamblea Popular de Villa Adelina, donde más de 60 patoteros, inclusive armados, identificados por sus vinculaciones con el intendente y el actual presidente del Concejo Deliberante, Iriarte, y el delegado vecinal, Rodríguez, propinaron una paliza a coordinadores y vecinos de las comisiones.

 

Posse anima ideológicamente esta actitud ya que considera delito el pedido de apertura de los libros contables (comunicación del 12/2 de la Municipalidad de San Isidro). Su visión no dice que los problemas del distrito no fueron creados ni por los vecinos ni por las asambleas populares. Las cesantías, pagos desdoblados, pérdidas de conquistas como antigüedad y presentismo, en los hospitales municipales, campos deportivos y docentes municipales; la “emergencia sanitaria”; el reparto arbitrario de planes de trabajo-bolsas de comida y su consecuencia el matonaje; los negociados como las privatizaciones de servicios, la compra de Lozadur, y la cesión del campo Nº 5 de Thames y Panamericana; los 50 años de construcción del Hospital “elefante blanco” a pesar de la supuesta millonada invertida; el ocultamiento de los libros contables para ver de donde salen los recursos, quién paga y cuánto y adónde van esos recursos; el enriquecimiento de concejales y funcionarios en forma inédita; el gatillo fácil y el maltrato a jóvenes en el distrito, son algunos de entre muchos otros problemas que se quieren ocultar y que vieron la palabra de la boca de los vecinos en las asambleas populares.

 

Desbaratadas las maniobras de punteros para transformar las asambleas en actos oficialistas, Posse vuelve al típico parloteo procesista de infiltrados y desmanes, cuando es la patota la que provocó ambas situaciones ante la indignación del vecindario. Los ataques en todas sus formas provienen de la incapacidad de resolver la crisis, que va más allá de acciones de caridad y donaciones con cuenta gotas y comités de crisis integrados por quienes la causaron o con poder formal.

 

El intendente y la mayoría del Concejo Deliberante carecen de una actitud de respeto ante quienes con recursos mínimos se organizan para no ser otra vez víctimas de planes como los de Posse, que pretenden descargar una vez más sobre trabajadores, desocupados (más de un 21% oficial en el distrito), comerciantes minoristas y jóvenes.

 

Viva la marcha unitaria del 18 por el derecho democrático de los vecinos de peticionar organizados; sanción a los autores materiales e instigadores de los ataques a las asambleas; apertura de los libros contables a las asambleas populares; que se vayan todos con patota incluida; Asamblea Distrital para refundar San Isidro; Asamblea Popular de Villa Adelina, aprobado por unanimidad el 23/2/02 en la 6a asamblea popular.