Políticas

26/6/2003|806

Que se vayan todos, que lo gobiernen los trabajadores

La remoción de dos burócratas de Barrionuevo del directorio y de varios gerentes es una medida cosmética, pues no modifica la situación estructural del Pami. Es más, lo que ha trascendido es la intención de reflotar el proyecto de provincialización del Instituto, lo que significa, a su término, desguace y liquidación.


Una recuperación real, con restitución de los aportes patronales, recomposición total de su presupuesto histórico y de las prestaciones médicas y sociales, plantea una movilización general independiente de jubilados y trabajadores. Es necesario quebrar la asociación estructural de gobierno, partidos y burocracias con los capitalistas de la medicina, que juegan “a ambos lados del mostrador”. En ese marco, reclamamos la renuncia del directorio trucho – votó el 4% de los jubilados-, la no injerencia del Estado y la elección de una conducción provisoria de jubilados y trabajadores, que saque a luz el manejo de los fondos y los contratos, e investigue a todos los funcionarios responsables. Esta postura es la que ha difundido el Partido Obrero, en una declaración distribuida en las agencias de la Capital.


Por el contrario, los gremios guardan un silencio “expectante” ante la nueva gestión, a pesar de sus preocupantes proyectos. Hubo una batucada de Upcn y Ate – moyanista – , para cuestionar los últimos nombramientos jerárquicos de la gestión saliente, y colocarse así como interlocutores de la nueva gestión.


La Coordinadora de Jubilados, por su parte, junto a otras organizaciones de la Cta, el Mijd de Castells y el Mtl firmaron un acta con los nuevos presidentes del Instituto, luego de una ocupación simbólica el miércoles 18. En ella, el Instituto “se compromete” a normalizar una serie de prestaciones médicas y sociales. También el presidente “acuerda en trasladar” al directorio la solicitud de renuncia de todos sus miembros y la reducción de sueldos de las autoridades. Finalmente, se conforma una comisión de las partes, para “confeccionar un proyecto de ley” que habilite el voto directo para elegir nuevo directorio.


Como se puede apreciar, una línea de colaboración con los nuevos funcionarios, que revela una expectativa de las organizaciones firmantes en la gestión kirchnerista. Negativa, en el sentido que afianza las transitorias ilusiones de una buena parte de los trabajadores en el gobierno.