¿Qué son las paritarias?
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Toda una generación de jóvenes que se incorporaron a la actividad laboral en la última década, tienen una vaga idea de qué son las paritarias. Y no es extraño que esto suceda, dado que desde hace más de veinte años, con las más diversas formas de gobierno, la clase patronal —la burguesía— ha venido tratando de liquidar las convenciones colectivas de trabajo. ¿Por qué este temor a las paritarias? Porque abren la discusión colectiva obrero-patronal sobre el salario y las condiciones de trabajo, y plantean objetivamente el enfrentamiento entre estas dos clases sociales, los explotadores y los explotados. Al denunciarse el convenio de un gremio se pone automáticamente en debate el conjunto de reivindicaciones sociales y laborales que hacen a una determinada rama de la producción, aunque el Estado patronal y la burocracia traten de que este debate se limite a una cúpula y que no se promueva ningún tipo de agitación que lleve a los trabajadores a reunirse en asambleas y discutir sobre los problemas que los afectan como clase.
Puede verse que sin paritarias, o para ser más precisos, sin libre negociación colectiva o paritarias regimentadas, los sindicatos tienden a ser un mero papel. La negativa del gobierno radical, o de sus antecesores. civiles o militares, a convocar a las paritarias, tiene por lo tanto un claro contenido de clase: mantener los sindicatos inmovilizados. Estos fueron creados por los propios trabajadores para la resistencia colectiva como clase contra el patrón que dispone de la propiedad de los medios de producción y especula con la miseria y la desocupación a la hora de regatear el salario con cualquier condición de trabajo.
Al prohibir la libre contratación, tanto el gobierno radical como sus antecesores “constitucionales” confiesan que no son democráticos, pues le niegan al trabajador su único derecho bajo el capitalismo, que es discutir las condiciones de su explotación. Si se mira bien, se verá que la propia ley 14.250 de paritarias estatuida por el peronismo y cuya defensa la burocracia hoy ha abandonado, es una ley regimentadora.
Se obliga a los trabajadores a acuerdos de carácter prolongado — los acuerdos se firman por el término de uno o dos años— mientras el Estado capitalista y los patrones se reservan para sí la modificación a gusto de las condiciones económicas todos los días, en primer lugar a través de la supercarestía. Las paritarias así concebidas constituyen una forma de regimentación estatal y dejan en manos de la burocracia el destino de los convenios de trabajo que se suscriban —a través de estatutos antidemocráticos— las direcciones sindicales pueden arbitrariamente nombrar los paritarios. Nuestra reivindicación no es la "vuelta” a la 14.250, sino el derecho a la libre negociación colectiva.