Políticas

5/3/1998|575

¿Quién dijo que la izquierda argentina no está ´unida´?

Que la izquierda se una para encarar una lucha común contra el régimen capitalista parece una tarea imposible. Pero cuando se trata de enfrentar al PO, la izquierda democratizan­te no sólo coincide en posiciones de carácter contrarrevolucio­nario sin diferencias de matices.


Cuando el PO planteaba un frente de izquierda, se lo rechazaba con la exigencia de que debíamos irnos del Foro de San Pablo aunque nuestra política en este ámbito fuera denun­ciar las posiciones pro-imperialistas del centroizquierda. Aho­ra, el Mst en “Izquierda Unida”, no dice una palabra de la presencia del PC en el Foro de San Pablo para apuntalar su política contrarrevolucionaria, ni mucho menos denuncia al PC por apoyar la penetración del Vaticano en Cuba.


En 199?, el conjunto de la izquierda denunció por electoralista el llamamiento del VII Congreso del PO de conformar un frente electoral de la izquierda y el movimiento obrero comba­tivo.


Ahora, los antielectoralistas se han vuelto electoralistas al mango, al punto que toda su política apunta… ¡a las elecciones del 99!


En torno a la anulación de la obediencia debida y el punto final, la izquierda democratizante en todas sus variantes, vuelve a unirse contra el PO. Ataca nuestro planteo de plebiscito y plantea que hay que presionar al Congreso; por eso dejó pasar un mes y medio y llama a una manifestación para cuando Diputados trate el tema el 24 de marzo. Hizo seguidismo, en común, a los diputados frepasistas, rechazó la propuesta del PO de una marcha de repudio a la farsa del Congreso Nacional y siguiendo a los diputados de la Alianza, prefirió pasar la obediencia debida y el punto final… a ‘comisiones* para el 24 de marzo. También se opuso a una campaña por reclamar el derecho a que el pueblo pueda decidir en este punto, por encima del parlamento cómplice, a través de un plebiscito. En lugar de pelear para que el pueblo pueda decidir, juntan firmas “testimoniales”. La izquierda democratizante está unida en su impotencia, no quiere una verdadera lucha por la anulación de la obediencia debida (no por nada el PC firmó el “acta de Semana Santa” de 1987 que plantea los principios de la impunidad, y lo mismo hizo el Mas, entonces, en la Provincia de Buenos Aires).


Esta izquierda no es capaz de formar un partido único sólo porque ello desnudaría definitivamente su carácter democra­tizante, es decir antisocialista, pero en la práctica actúa como tal.