Políticas

17/4/2014|1310

¿Quién puede vivir con 2.000 pesos?

MOVILIZACION DEL POLO OBRERO Y ORGANIZACIONES PIQUETERAS

Más de 3.000 trabajadores precarizados del Argentina Trabaja (AT), Programa de Trabajo Autogestionado y otros planes marcharon del Obelisco al Ministerio de Desarrollo Social reclamando un aumento de salarios acorde a la inflación, 40 por ciento inmediato de la Asignación por Hijo y trabajo genuino para todos. La movilización fue convocada por el Polo Obrero -por lejos, la columna más importante- junto a otras organizaciones piqueteras -AGCTAP (que incluye al FP Darío Santillán), FOB, MTR, Lucha y Trabajo. La organización Barrios de Pie se bajó a último momento de la movilización planteando que privilegiarían el llamado a una consulta popular sobre el aumento de los planes y la Asignación a realizarse en mayo, como si una cosa se contrapusiera a la otra. En realidad, según informes de sus propias filas, sería una consecuencia de las presiones de otras fuerzas del Unen frente al ingreso de Libres al Sur -su organización “madre”- a la coalición política.

Existen hoy más de 170.000 trabajadores precarizados del estado pertenecientes a estos planes con ingresos que a la fecha no superan los 2.000 pesos. El trabajador del AT puede percibir a su vez la Asignación por Hijo (AUH) que está clavada en 440 pesos mensuales desde julio 2013 -cierto que para cobrar ambos ingresos debe asumirse como monotributista y pagar unos 70 pesos. En este caso redondeará 2.350 pesos por mes, la cuarta parte de la canasta familiar.

El reclamo de los trabajadores movilizados -40%- está por detrás, incluso, del aumento de la canasta básica alimentaria, que subió un 43 por ciento de marzo a marzo y no exige, como sí lo hace el Polo Obrero, que el ingreso de cualquier trabajador de cualquier plan no puede estar por debajo de los 3.600 pesos de salario mínimo.

Cómo lo plantean las organizaciones convocantes, la huelga docente y el enorme paro nacional han sido factores que han incidido en la decisión de volver a ganar las calles.

Son, finalmente, la punta de un iceberg en un país en el que forman parte de la cuarta parte de los considerados ocupados que gana menos de 2.500 pesos. Cuatro millones de trabajadores que deben sumarse al 1,2 millones de desocupados, sin ingresos o “beneficiarios” de una “prestación por desempleo”, y a los dos millones de jubilados que se acogieron a la moratoria.

La situación de un laburante que debe vivir con 2.000 pesos y 15 pesos por día para mantener su hijo no necesita adjetivos. En varios municipios los intendentes, conscientes de un clima exasperante, están pagando sumas en negro, lo que lleva a crear otro escenario de movilización. Este escenario puede surgir de la unión de los trabajadores precarizados de los planes exigiendo un aumento, un piso equivalente al salario mínimo y el pase a planta (no olvidar que los municipales en varios distritos están en una situación salarial paupérrima y pueden ser convocados a un reclamo común). Existen tendencias en esta dirección: varias cooperativas en los distritos se están acercando al Polo Obrero para discutir un plan de movilización conjunto.


Christian Rath