Una de las partes más resonantes del disparatado discurso de Javier Milei en el foro de Davos fue cuando trató de “héroes” a los empresarios y los instó a “no ceder al avance del Estado”. Curiosamente, se rodea de un empresariado sumamente afecto a las prebendas estatales.

El presidente finalizó su alocución adulando a los capitalistas: “Ustedes son benefactores sociales. Ustedes son héroes. Ustedes son los creadores del periodo de prosperidad mas extraordinario que jamás hayamos vivido. Que nadie les diga que su ambición es inmoral. Si ustedes ganan dinero es porque ofrecen un mejor producto a un mejor precio, contribuyendo de esa manera al bienestar general. No cedan al avance del Estado. El Estado no es la solución. El Estado es el problema mismo”.

Sin embargo, lejos de haberse visto perjudicados por la intervención estatal, los empresarios más cercanos a Milei se caracterizan por amasar fortunas a costilla del erario público. Es el caso de Marcos Galperín, el dueño de Mercado Libre, que, al estar inscripta en el régimen de promoción de empresas de la economía del conocimiento, recibe anualmente del Estado subsidios impositivos por por U$S 100 millones -según sus propios balances (Infobae, 18/1).

Ni qué hablar del devenido en “guía espiritual” del presidente, Eduardo Elsztain, dueño de la constructora Irsa, la cual ha recibido todo tipo de privilegios por parte del gobierno de CABA. Así fue adquiriendo numerosos inmuebles públicos a precio de remate para realizar allí negocios inmobiliarios.

Por ejemplo, Irsa pudo comprar en una subasta pública, en febrero 2022, el edificio donde funcionaba la Sede Comunal N°14 (de 8.400 metros cuadrados, ubicado en una de las zonas más cotizadas de la ciudad) pagando solamente U$S 20 millones. Esto, sumado a las autorizaciones que le otorgó el Ejecutivo porteño para realizar emprendimientos como las torres de lujo en Costanera Sur o la “Ciudad Palmera” en Caballito, a costa de los espacios verdes y el derecho a la vivienda de la población.

Como vemos, los “héroes” que reivindica Milei son verdaderos parásitos del Estado, que mantenemos los trabajadores con nuestros impuestos. Además, edifican sus ganancias apropiándose del valor creado por nuestro trabajo durante la jornada laboral; casta por donde se la mire. Sin embargo, la motosierra del gobierno nos afecta más a nosotros, a pesar de que la bancarrota la crearon ellos.

Los capitalistas que el presidente decide ubicar en el “panteón”, lejos de generar prosperidad, constituyen la clase dirigente de un régimen social en decadencia que degrada cada día más las condiciones de vida del pueblo, utilizando en todo momento al Estado como herramienta de dominación.

Entonces, a la afirmación final del mandatario le agregamos que es el Estado, en manos de la clase capitalista que él pondera, “el problema mismo”. A los trabajadores nos toca tirarlo abajo, y, en principio, erigir uno nuestro que tenga como propósito resolver las necesidades populares y no engrosarles los bolsillos a una minoría.

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