Políticas

15/1/2019|1579

¿Quiénes son los responsables por la muerte de tres niños wichis?

El 7 de enero falleció un niño de una comunidad originaria de Santa Victoria Este. Los motivos son gastroenteritis y diarrea, fatales en un niño desnutrido. Días después murió otro en el mismo departamento. El sábado 11 falleció otro bebé de una comunidad originaria en Ballivián, Departamento San Martín. El pequeño estaba en riesgo nutricional desde 2018. 

Gustavo Sáenz empezó su mandato como una continuidad del gobierno de Juan Manuel Urtubey. El plan de contingencia estival para todos los parajes del norte empezó tarde y en el marco de un ajuste fiscal que redujo todos los recursos de asistencia social, principalmente de las cooperadoras asistenciales que administran los municipios. Por lo tanto, la ida al norte del gobernador con funcionarios nacionales es una puesta en escena.


¿Qué es el plan de contingencia estival? Es un plan conjunto de salud, atención social y defensa civil en las comunidades originarias que están repartidas por todo el norte provincial, incluso en la frontera. Geográficamente, las comunidades están en la zona del Trópico de Capricornio, las temperaturas en verano superan los 40°, carecen de agua potable, hospitales, caminos, etc.


La mayor cantidad de muertes de niños de las comunidades se produce en verano por la diarrea estival y/u otros problemas gastrointestinales derivados del consumo de agua contaminada y comida en mal estado, que sumado al cuadro de desnutrición resultan fatales. 


La mayor carencia de las comunidades originarias es el acceso a la tierra, que les brindaba la posibilidad de recolectar, cazar y el acceso a ríos. Con el avance de la frontera agropecuaria o la explotación maderera, muchas de las comunidades originarias fueron expulsadas o quedaron aisladas y sin recursos, solo dependiendo de la asistencia del Estado, que siempre fue mezquina y miserable. Muchos recuerdan ese video donde les arrojaban bolsones desde un helicóptero.


Las comunidades son abandonadas a su suerte, los pocos hospitales que les quedan cerca están vaciados. Los gobiernos de los últimos 30 años reprodujeron este cuadro de miseria con el viejo mote de que la pobreza es estructural y excede al propio Estado o, peor aún, justificando esto como un problema cultural de las comunidades.


El gobierno de Urtubey, cuando tuvo que tomar cartas en el asunto sobre las muertes por desnutrición infantil, terminó creando negocios tercerizando la atención de la salud a favor de asociaciones oscurantistas. Una de ellas fue Adra (Iglesia adventista). Otra megatercerización fue con la fundación Conin del ultramontano Abel Albino.


Seguramente, Sáenz va a continuar con esta estructura ya que sus lazos con la iglesia son tan o más fuertes que los del gobierno de Urtubey.


Exigimos un plan de emergencia que destine inmediatamente médicos con dedicación exclusiva, remedios y alimentos a todas las comunidades. Abajo toda forma de tercerización de la salud. También defendimos, con un dictamen propio en la Cámara de Diputados, el financiamiento a las cooperadoras asistenciales a través de impuestos a los grupos empresarios, ya que el propósito de Sáenz es que paulatinamente desaparezcan.


En los departamentos donde se llevan adelante las actividades económicas más rentables, soja, petróleo, madera es donde están los indicadores de pobreza más terribles. Indudablemente el problema es de clase, tiene que ver con los intereses sociales que defiende la oligarquía salteña, heredera de lo peor del sometimiento colonial, que junto a la Iglesia son el sostén de la opresión que golpea a los más pobres, y particularmente a los niños. Sáenz es la continuidad de esos intereses.