Políticas

28/6/2007|998

Quince millones de pobres

El gobierno trucha también las estadísticas de pobreza

La metodología que utiliza el Indec para medir los índices de pobreza e indigencia es obsoleta y “se basa en un patrón de consumo de 1985/1986”, aunque podría usarse la encuesta de 1997. No es por falta de herramientas; desde 1996 los técnicos desarrollaron un método mucho más preciso, “pero no se usa para evitar malas noticias” (El Cronista, 8/1).


Un estudio de economistas de la CTA revela que este tipo de medición disminuye en los papeles el número de pobres e indigentes porque no sólo no usa canastas regionales sino que adultera la forma en que se emplean los ingresos. Por ejemplo, se adjudica sólo el 31% de la canasta a “alimentos y bebidas”, cuando en verdad las familias destinan por lo menos el 60% de sus ingresos a ese rubro. El rubro “verduras” es apenas el 2,1% y “frutas” el 1,5%. “Esparcimiento” (turismo, computación, diarios, revistas, cine, espectáculos) representa el 9% del gasto, más del doble que “medicamentos” (4,1%), con lo cual todos los jubilados quedan excluidos. A “educación” destina sólo el 4,2% (Perfil, 4/2). El estudio, con datos de junio de 2006, dice que mientras el Indec evaluaba la canasta de la pobreza para una familia tipo en 857 pesos, la nueva línea debería ubicarse en 1.572 pesos.


Si el consumo se midiera sobre bases reales, la Canasta Básica Alimentaria subiría un 18,7% y en consecuencia habría 1.200.000 más indigentes que los que reconoce el gobierno. “Las personas que pasan hambre en el país sumarían 5,6 millones” (Página/12, 5/2).


Los ingresos necesarios para no caer bajo la línea de pobreza se incrementarían un 50%, agregando 3.100.000 pobres. Es decir que en lugar que 12 millones de pobres que registran actualmente las cuentas oficiales, habría 15,4 millones. Dicho de otro modo: cuatro de cada diez habitantes (39%) sigue siendo pobre, después de cuatro años de fuerte crecimiento de la economía y en los que las multinacionales declararon ganancias nunca vistas en la historia del último medio siglo.


Si se desglosan región por región, los resultados “son devastadores: el GBA presenta un 38% de pobreza, el NOA un 51,4%, y el NEA un 56%”.


Los más afectados son los chicos y los viejos. Para los menores de 14 años, la tasa de pobreza pasa de 46,3 a 55,9%; sólo son superados por los ancianos, que se van al 57,7%.


El mundo feliz del que habla Kirchner sólo existe en los papeles truchos de sus funcionarios.