Rechazamos las sanciones en el Seom de Jujuy
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En una reciente reunión de delegados del Seom de Jujuy, la directiva dirigida por el “Perro” Santillán hizo votar la expulsión de Alejandro Vilca, del PTS, y de otros delegados alegando conductas antisindicales. Los motivos expuestos se refieren a acciones u opiniones desarrolladas en el marco de las luchas y del sindicato municipal, que de ningún modo son fundamento para una decisión de ese carácter. Por lo tanto, delatan una acción persecutoria en torno de cuestiones que sólo deberían ser dirimidas en el marco de la lucha política abierta. Este es un principio elemental de la democracia sindical que debe defender la izquierda y las fuerzas combativas. Las expulsiones y las sanciones sólo pueden estar dirigidas a los agentes directos de la clase capitalista o del Estado al interior de las filas sindicales, nunca como herramienta de disciplinamiento entre las corrientes que militan al interior de la organización obrera.
Que esta metodología se aplique por parte de corrientes del sindicalismo combativo o de la izquierda es aún más grave. El precedente será usado mañana por la burocracia sindical para sancionar al activismo clasista, invocando ante los trabajadores que la izquierda también actúa de ese modo.
Frente único y clarificación política
Las sanciones en danza sólo podrán agravar la fragmentación que ya vive el movimiento obrero de Jujuy, entre distintas intersindicales que bloquean una acción común de toda la clase obrera. Un principio de superación de esa división fue el pronunciamiento del sector del “Perro” Santillán a favor del Frente de Izquierda, realizado a comienzos de este año. Ello, porque sentaba el único principio político que puede sostener esa unidad sindical -o sea, la independencia política de los trabajadores frente a los bloques o partidos capitalistas (eso es, en definitiva, el FIT). Entonces, se abrió la posibilidad de que una acción política de sectores del movimiento sindical pueda derrotar la cooptación estatal e involucrar al conjunto de los trabajadores. Esta posibilidad se frustró, en buena medida, por la responsabilidad del PTS, que se negó a desarrollar una acción de colaboración política del sector del “Perro” Santillán con el FIT, sobre la base de un debate organizado y abierto que clarificara acuerdos y divergencias. Antes de ello, sin embargo, el PTS y Santillán habían convocado juntos al llamado Encuentro de Atlanta, aunque, en ese caso, sin programa ni principios claros y, por lo tanto, sentando las bases de un bloque político antagónico al FIT. Por ese motivo, el PO decidió no participar.
Posteriormente, y cuando Santillán expresó públicamente su adhesión al FIT, el PTS rechazó que el FIT abriera una discusión dirigida a establecer bases serias para una colaboración política, en la perspectiva inmediata de constituir una lista provincial común que enfrentara la polarización entre Fellner-Milagro Sala y Morales-Massa-Macri. Ante esta negativa, Santillán presentó su propia lista. El PO bregó siempre por una lista unitaria, y le planteó a la corriente del “Perro” que retirara su lista si esa unidad -por la negativa del PTS- no se concretaba. Nuestro planteo de unir a las fuerzas del movimiento obrero y la izquierda contra los bloques capitalistas, por lo tanto, no se ha alterado. Con el mismo sentido, reclamamos ahora el retiro de cualquier política de sanciones en el Seom.
La nueva situación política creada en Jujuy, luego de la derrota del tándem PJ-Milagro Salas a manos de la alianza UCR-macrismo, presenta desafíos enormes para el movimiento obrero y popular de la provincia. El nuevo gobierno se valdrá de choques limitados con Milagro Sala para fogonear un ajuste contra el conjunto de los trabajadores, aprovechando el avanzado estado de descomposición del punterismo para-estatal de la Tupac Amaru.
Usará estos choques como un anzuelo para buscar el apoyo de un sector del movimiento obrero y sindical, que durante los últimos años fue víctima directa de las patotas de Milagro Sala.
Frente a este panorama, es más necesario que nunca luchar por una unidad de acción en base a su independencia política, la cual, para ser efectiva, exige que rija la democracia en sus organizaciones sindicales. La sanción contra Vilca y otros delegados va en el sentido contrario. Llamamos al Seom a retirar las sanciones y a abrir una gran deliberación, en sus organismos y en todo el movimiento obrero combativo de Jujuy, sobre la nueva situación política en la provincia, un programa de reivindicaciones y una estrategia para impulsarlo.
La nueva situación en Jujuy
La nueva situación política creada en Jujuy, luego de la derrota del tándem PJ-Milagro Sala a manos de la alianza UCR-macrismo, presenta desafíos enormes para el movimiento obrero y popular de la provincia. El nuevo gobierno se valdrá de choques limitados con Milagro Sala para fogonear un ajuste contra el conjunto de los trabajadores, aprovechando el avanzado estado de descomposición del punterismo para-estatal de la Tupac Amaru. Usará estos choques como un anzuelo para buscar el apoyo de un sector del movimiento obrero y sindical, que durante los últimos años fue víctima directa de las patotas de Milagro Sala.
Frente a este panorama, es más necesario que nunca luchar por una unidad de acción en base a su independencia política, la cual, para ser efectiva, exige que rija la democracia en sus organizaciones sindicales. La sanción contra Vilca y otros delegados va en el sentido contrario. Llamamos al Seom a retirar las sanciones y a abrir una gran deliberación, en sus organismos y en todo el movimiento obrero combativo de Jujuy, sobre la nueva situación política en la provincia, un programa de reivindicaciones y una estrategia para impulsarlo.