Reconocimiento del Estado palestino: otro episodio de hipocresía imperialista

Protesta en apoyo al pueblo palestino

En los últimos días, en el marco de la asamblea general de la ONU, un pelotón de países comandados por Reino Unido y Francia ha declarado el “reconocimiento” del Estado Palestino. El mismo se da mientras el Estado genocida de Israel avanza en la invasión terrestre a la ciudad de Gaza, expulsando a la población (alrededor de un millón de personas) hacia el sur de la franja.

La maniobra de estos países, entre los que se encuentran algunas de las potencias que proveen de financiamiento y armamento militar a Israel, se hace en pos del reconocimiento de la teoría de los dos Estados, según la cual sería factible la coexistencia pacífica de un amputado y devastado Estado palestino junto con otro cuya misma dinámica de existencia es la guerra, la ocupación y el apartheid. Solo para ilustrar, el 60% del territorio de Cisjordania se encuentra bajo control político y militar de Israel, donde proliferen las colonias de ocupadores cuyo único fin es hostigar y oprimir a la población local. El resto del territorio, bajo relativa administración de la Autoridad Palestina, se encuentra desmembrado con todo tipo de controles y checkpoints que solo aplican a los palestinos.

Este provocador intento de desligarse del genocidio, se da en un cuadro de disputa y creciente diferenciación del bloque de las potencias europeas con Estados Unidos, que se han visto vejadas por esta última a causa de las subas de aranceles a sus productos, el aumento del aporte militar obligatorio dentro de la Otan y en especial por su exclusión de la mesa de negociación con la Rusia de Putin sobre la guerra en Ucrania. Complementado a esto, ha venido operando un cambio de la opinión pública de Europa con respecto a la situación den la Franja de Gaza, que los gobiernos “reconocedores” buscan explotar a su favor con estas declaraciones. Sucede que estamos ante cada vez más masivas manifestaciones en favor de la causa palestina en todo el mundo y las mismas son brutalmente reprimidas por las potencias que ahora desfilan por la ONU desayunadas de la barbarie que perpetra Israel. El Estado británico, por ejemplo, ha declarado terrorista a la organización Palestine Action, deteniendo a cientos de personas por manifestarse en favor de la libertad de expresión.

Como se ve, esto no debe entenderse como un despertar ético de estos países, sino más como una adaptación al rechazo que genera en los pueblos del mundo el primer genocidio transmitido en vivo en la historia humana. En Inglaterra el laborismo, partido del gobierno, viene de sufrir una ruptura por izquierda a causa de la política de represión y envío de armas del primer ministro Starmer a Israel. Según encuestas en ese país el 44% de los encuestados se pronuncia en contra del apoyo a Israel, contra un 18% a favor (YouGov). En Francia ese número asciende al 70% (ídem) de la población.La hipocresía del imperialismo es brutal, la Otan conformada por Inglaterra y Francia, sostiene a su Estado gendarme en Medio Oriente para oprimir no solo al pueblo palestino, sino a todos los pueblos de la región con este enclave armado hasta los dientes que busca imponer por la fuerza sus intereses en todo Medio Oriente. Solo en 2025 Israel ha llevado adelante bombardeos y ocupaciones a 7 países de la zona (Palestina, Qatar, Yemen, Túnez, Siria, Líbano e Irán) mientras sacudía la falsa bandera que tendría el invasor del derecho a defenderse.

No se puede esperar ningún avance con las declaraciones vacías del imperialismo, que sostienen una división de dos Estados que desde el vamos rechaza el propio Israel y que implica un agravio histórico a la integridad territorial de los palestinos. Además que imponen como “condición” el desarme y la renuncia a la defensa por parte de los palestinos, y darle el poder a la dócil Autoridad Palestina, es decir, al propio imperialismo.

De todo esto se desprende la clásica maniobra de los gobiernos capitalistas, muy ávidos en sumarse de palabra a las tendencias populares que surgen, sin afectar en lo más mínimo los interese económicos que llevan a situaciones de barbarie inusitada como es el caso de la sola existencia de Israel.

La salida está en no depositar ninguna esperanza en las declaraciones de intenciones de los gobiernos imperialistas y encarar consecuentemente la lucha contra el Estado genocida de Israel, en los términos de la movilización popular. Un ejemplo de esto fue la masiva huelga y movilización del pueblo italiano bajo el eslogan “bloqueemos todo” y “abajo el genocidio” ocurrida el pasado lunes 22, donde cientos de miles de trabajadores coparon las calles de más de 80 ciudades del país.

En Argentina, tenemos el mismo desafío: redoblar la movilización popular contra el genocidio en Palestina y para quebrar la política de Milei consistente en el alineamiento incondicional, entreguista y humillante al sionismo y al imperialismo yanqui.