Políticas

6/4/2022

Récord de exportaciones en manos de un puñado de especuladores privados

Grupos concentrados realizan un gran negocio con la guerra en Ucrania, mientras los trabajadores padecen la inflación.

Exportaciones concentradas.

Las exportaciones “nacionales” están atravesando un periodo de abundancia, debido al alza de los precios internacionales y las implicancias del conflicto bélico en Ucrania. Sin embargo, se ha concentrado el número de capitalistas que se benefician de este proceso, donde el gobierno incentiva a los grandes pulpos, con la mirada puesta en el ingreso de dólares para el FMI, mientras los trabajadores sufren las consecuencias del encarecimiento de las materia primas.

Según cifras del comercio exterior las exportaciones alcanzaron, el primer bimestre del año, los 11.991 millones de dólares, algo que supera todas las previsiones y antecedentes inmediatos, pero la cantidad de exportadores acumula un retroceso del 30% en diez años, junto a la caída del 50% del financiamiento a este sector privado (Ámbito, 5/4).

Esta ecuación implica una concentración de la apropiación de las ganancias resultantes de las exportaciones, que ha pasado de 14.000 empresas en 2008 a 9.500, en promedio, en la actualidad, aunque se calcula que solo 20 patronales concentran el 50% de las exportaciones.

En las manos de un puñados de especuladores

Este fenómeno pone de manifiesto que gran parte de la riqueza producida en el país es realizada en el mercado internacional por un puñado de especuladores que siguen el vaivén de los precios internacionales y las fluctuaciones del mercado y que se apropian de los beneficios millonarios de este proceso.

Un ejemplo de esto es lo que está sucediendo con la guerra en Ucrania, lo que ha disparado el cierre de contratos de exportación, a futuro, por más de 2 millones de toneladas de trigo: un 32% más que el año pasado y por un precio superior que trepó un 43%, en dólares.

Se trata de la venta de un trigo que aún no ha sido sembrado y se calcula que los contratos podrían superar las 5 millones de toneladas ante las dificultades de Ucrania para cumplir con su producción.

El gobierno alienta a las patronales productoras a extender la superficie sembrada y la cosecha futura, incluso manteniendo las retenciones bajas a pesar del salto de los precios internacionales, con el objetivo de garantizar el ingreso de más dólares y divisas para pagarle al FMI. A pesar de que este circuito especulativo siga empujando los precios locales de las materias primas, y los alimentos derivados, a una inflación explosiva.

Patronales, FMI y trabajadores

Desde las patronales señalan que la concentración del negocio de las exportaciones ha ido de la mano de la caída del financiamiento para las Pymes y empresas pequeñas, lo que ha redundado en una mejoría de la posición de las grandes multinacionales de granos. Algo que seguramente se agrave con la suba de las tasas de interés y las dificultades de acceso al financiamiento internacional.

La Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC), que reúnen a decenas de multinacionales y grandes capitales, son el sector que domina casi la mitad de las exportaciones nacionales, las cuales actúan acopiando gran parte de la producción para liquidarla en momentos, como el actual, con precios internacionales favorables: según el Ministerio de Agricultura, en el primer trimestre del año la rentabilidad del trigo, el maíz y la soja más que duplicaron a los de diciembre del 2021, y los exportadores de cereales, oleaginosas y derivados tuvieron el mejor marzod e los últimos 20 años.

Mientras un puñado de capitalistas controla las exportaciones, el gobierno defiende la agenda de los acreedores de la deuda y el FMI, en un proceso que mantiene escuálidas las reservas, a pesar de las cifras millonarias que se contabilizan. Nada de este proceso, que colabora en el desabastecimiento y el encarecimiento de bienes y servicios locales, redunda en recursos para un plan de inversión pública y/o de defensa de la industria nacional. Ni mucho menos a la generación de puestos de trabajo.

Para terminar con los negocios del capital concentrado no es suficiente la “democratización” de las exportaciones en manos de un conglomerados de Pymes y pequeños capitalistas, sino la nacionalización del comercio exterior, el control de cambios y la nacionalización de la banca para reorientar los recursos a la realización de un programa económico y productivo de la clase trabajadora.

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