Reforma electoral: otro golpe a la democracia política
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Con la zanahoria de la boleta electrónica, que aún puede ser sujeta a manipulaciones en su implementación, el macrismo lanza una andanada de restricciones, cepos y pisos que agravan las proscripciones y la intervención y regimentación del Estado en la vida de los partidos políticos. Al mismo tiempo, refuerza la dependencia de los grupos económicos que financian la actividad de sus políticos y partidos.
La reforma prolonga las Paso, ideadas por Néstor Kirchner para contener -un intento fracasado- la desintegración de los partidos políticos históricos, mediante la intervención del Estado en la designación de sus candidatos -algo que el PO denunció desde el primer momento. Pero, a la vez, coloca un cepo al prohibir el corte de boleta entre distintos partidos. Estamos frente a una doble imposición de Estado sobre el electorado: primero obliga a los ciudadanos a participar de internas de partidos que ellos no integran, y una vez que hace eso les niega el derecho al corte de boleta.
La prohibición de colectoras que incorpora la ley es de tipo federal, lo que debería ser acompañado por las provincias. Pero éstas tienen la libertad de no hacerlo. Por lo tanto, los famosos acoples del fraude tucumano o los lemas santacruceños seguirán vivitos y coleando.
Por otro lado, prohíbe la doble candidatura de categorías provinciales con federales, agravando la prohibición federal que ya instauró NK (el candidato a presidente no puede serlo a diputado o senador). Este recurso fue exitosamente usado por el PO y el FIT en la provincia de Buenos Aires, con la doble candidatura a gobernador y a diputado nacional, permitiendo visibilidad a una fuerza emergente que apunta a la conquista parlamentaria. Así, las fuerzas en desarrollo tienen a su principal figura como cabeza de la respectiva bancada opositora. En conclusión: toman lo que les conviene para reforzar las restricciones políticas a las fuerzas emergentes.
Los pisos proscriptivos
La ley mantiene los pisos vigentes del 1,5% en las Paso y del 3% del padrón electoral para la consagración de un legislador, lo que llevó a la proscripción de nuestra diputada provincial en Santa Fe y a que sólo con el corte de boleta superáramos el piso en la provincia de Buenos Aires, alcanzando 401 mil votos absolutos.
Insidiosamente, dice en sus fundamentos “dejar para más adelante un perfeccionamiento del financiamiento de los partidos políticos”. Falso. Al eliminarse el financiamiento igualitario de la impresión de boletas, golpea a los partidos pequeños. En realidad, agrava la dependencia del financiamiento político por parte de los grupos económicos, cuyos aportes son descontados de impuestos y por esa vía financiados por el Estado, algo completamente ajeno a los partidos de la clase obrera.
Macri y la coalición del ajuste dan otra vuelta de tuerca contra la democracia política, para contener la desintegración de características históricas del peronismo y el radicalismo y reforzar una democracia rehén del capital. Desarrollemos una campaña nacional de denuncia del verdadero carácter de la reforma electoral.