Políticas

28/8/2008|1052

Reforma Previsional: La rebelión de las bases

La marcha de los trabajadores estatales del 20 de agosto, contra la reforma previsional de Schiaretti y los K, venía siendo cascoteada desde el inicio por la burocracia sindical. En un principio fue convocada como una gran marcha provincial que partiría desde distintos lugares del interior pero, sólo unos días después, la mesa integrada de 24 gremios la limitó a una marcha sólo en capital y con un acotado abandono de tareas de 10 a 15 horas. Las comisiones directivas están haciendo esfuerzos descomunales para evitar que una irrupción definitiva de los trabajadores se convierta en la sepultura del gobierno de Schiaretti.

Luego de la combativa jornada del 30 de julio, la burocracia se abocó a la presentación de amparos judiciales, que además sólo cuestiona una parte de la ley, la que fija más quita en la jubilaciones de más de 5.000 pesos, pero nada en relación con la eliminación del 82%, de la movilidad y la desaparición del cargo testigo. Ahora reclama un lugar en la comisión que auditará la deuda de la caja de jubilaciones de 2008 y la suspensión de la aplicación de la ley.

Los diez mil trabajadores que participaron de la marcha del 20 de agosto, pese al boicot de las conducciones, han puesto de manifiesto que los trabajadores quieren ir hasta el final. En el acto que se realizó al final de la marcha arreciaron los reclamos por la profundización del plan de lucha (un trabajador municipal logró tomar el micrófono y denunciar que la conducción del Suoem había evitado que la columna municipal confluyera con el resto de los trabajadores el 30 de julio). Los trabajadores de Luz y Fuerza, por su parte, volvieron a mostrarse como el sector más aguerrido.

Schiaretti ha declarado que la reforma jubilatoria es “innegociable”. También debe serlo para los trabajadores. Preparemos la huelga general y el bloqueo a la Legislatura.