De acuerdo a lo informado por el semanario Perfil , Kirchner y Aníbal Fernández firmaron un convenio con el “chirolita” Carlos Sancho para el envío inmediato de equipamiento antidisturbios valuado en cinco millones de pesos. La fuerza provincial recibió 5.200 granadas (para un cuerpo de 2.000 efectivos en toda la provincia), lo que arrojaría un promedio de casi tres granadas por policía; entre otros “juguetes” (30 escudos balísticos, 80 escopetas, 50 subfusiles, 40 lanzagases, 12.000 cartuchos lacrimógenos y antidisturbios, etc.), Kirchner y K-Aníbal Fernández también mandaron 200.000 cartuchos 9 x 19 (9 mm), ¡lo que da la friolera suma promedio de un cartucho por habitante!

 

El hecho de que la Provincia de Santa Cruz se ubique dentro de las tres provincias con menor índice delictivo del país (11.000 delitos por año de acuerdo a la Dirección de Política Criminal) habla a las claras de las verdaderas intenciones de Kirchner y Sancho. El creciente cuadro de luchas que se desenvuelven en la provincia (petroleros, mineros, docentes, municipales) y la amenazante situación de autoacuartelamiento del sector más plebeyo de la policía provincial por aumento de salario, ha obligado a la creación de una fuerza de “élite” con otro sector de la camarilla policial en conjunto con la Gendarmería Nacional, la cual permanece instalada en el norte de Santa Cruz desde el mes de febrero.

 

Mientras la policía santacruceña y la Gendarmería se arman hasta los dientes con los nuevos regalitos de los tres “reyes magos” Kirchner, Fernández y Sancho, siguen procesados y encarcelados nueve trabajadores en la provincia (los ocho compañeros de Las Heras y Christian Ruiz). Sobre la llegada de los “regalitos”, ni Hebe de Bonafini, ni Estela de Carlotto, ni Martha Vázquez han dicho “mu”.

 

Más que nunca, se plantea una campaña democrática y masiva por la libertad de los compañeros, el retiro inmediato de la Gendarmería y la renuncia de Aníbal Fernández.