Políticas

10/11/1992|373

Regalan Somisa a Techint: Muerto “compra” a degollado en clima de entierro

Se vienen el “desguace” y los despidos masivos

Finalmente el grupo Techint se alzó con Somisa por 100 millones de dólares y el compromiso de pagar dos cuotas semestra­les de 20 millones de dólares. Los 100 millones de dólares Techint los obtuvo de un crédito bancario en base a una línea de prefinanciación de la propia Somisa. Pero lo más importante es que con la “venta de algunos de los activos transferidos por Somisa’’, Techint piensa “hacer frente a los créditos tomados", según declaró el director comercial de la nueva empresa, Daniel Novegil (El Cronista, 3/11). Mientras que con Aerolíneas se hipotecaron los avio­nes, aquí se vende en pedazos parte de la planta para pagar la compra, con lo cual se consuma una doble estafa, porque el comprador “compra" con el dinero del vendedor y además vacía la empresa.

Con la “compra" de Somisa, Techint, que ya es dueña de Propulsora, "accede al control de prácticamente todo el merca­do de laminados argentinos” (El Econo­mista, 30/10). Como en el consorcio com­prador de Somisa figura la “brasileña" Usiminas (controlada por la Nippon Steel), se forma un monopolio siderúrgico del Mercosur.

¿Techint en la lona?

Aunque el grupo Techint se ha alzado con una parte sustancial de las privatizaciones a precios de regalo (Ferroexpreso Pampeano, áreas de YPF, Telefónica, pea­je en rutas) en realidad está en la lona. El grueso de su actividad, la siderurgia, sufre las consecuencias de una crisis internacio­nal, lo cual explica que la totalidad de las empresas siderúrgicas de Techint den pér­didas. A Siderca y a Siat “se le cayó" el mercado de exportación de tubos de acero, en tanto que Propulsora perdió 16 millones de dólares en el último ejercicio. Según el vicepresidente dé la rival, Acindar, incluso la "compra" de Somisa sería un “mal y difícil negocio” (El Cronista, 3/11). No en vano < provocó “un fuerte debate en Techint, qué solamente se resolvió pocas horas antes de recibirse las ofertas” (La Nación, 30/ 10). El motivo de tamaña vacilación es que a pesar de “que la licitación se estaba estructurando para regalar Somisa a Techint, en la interna de Techint algunos sectores insistían en no quererla ‘ni regalada’ (La Nación, 29/20). El debate interno en Techint, reabrió la posibilidad de que el pulpo abandone la siderurgia y se desplace a los negocios de servicios, algo que dos años atrás provocó la remoción de la cúpula de la empresa.

Todo indica entonces que habrá una ac­tiva política de vaciamiento de la empresa, y que Techint presionará para que el Estado “proteja" con aranceles, tasa de estadísti­ca y otras artimañas a la siderurgia “nacional". Para el movimiento obrero, el mensaje de los privatizadores es claro: “con relación a la política de reestructu­ración, Tizado (vicepresidente de Techint) indicó que habrá racionalización y reubi­cación del personal” (El Economista, 30/ 10).


La destrucción de Somisa

La planta de Somisa ocupa 886 hectá­reas, tiene una estación de amarre para buques de ultramar, posee un puerto, una planta de coque, de sinter, dos altos hornos, una acería LD, colada continua de tochos y planchones, laminación y servicios auxilia­res que producen acero laminado en forma de palanquillas, perfiles estructurales, rie­les, chapa en bobina y en hojas, laminadas en caliente y en frío y hojalata El valor de reposición de todos estos activos, según la consultora Braxton, que se encargó de privatizarla, es de 1.800 millones a2.400 millo­nes de dólares (Página 12, 8/3/92). Jorge Triaca, cuando fue interventor en Somisa, dijo “que el valor global de la planta es del orden de los 2.000 millones de dólares” (La Nación, 9/10/91), cifra que hubiera debido recaudar el Estado con la privatiza­ción.

Al asumir la intervención de la empresa, María Julia Alsogaray la valuó en “alrede­dor de 450 millones de dólares” (La Na­ción, 9/1/92), en setiembre, en cambié dijo que valía “sólo 260 millones de dólares" (Clarín, 30/9/92). La consultora Braxton "recomendó” un “valor de venta de 310 a 570 millones de dólares" (Página 12,8/3/ 92), una cuarta parte de su valuación. Final­mente salló a la venta con un precio de base de 140 millones de dólares, pero con varias “yapas”: 1) El comprador se quedaba, con los activos corrientes, o sea, la materia pri­ma, productos semielaborados y mercade­rías ya terminadas "valuados en 140 millo­nes de dólares" (La Nación, 4/11 /92); 2) Se derogaron por decreto “todas las actas y acuerdos al margen de los convenios que firmó la UOM... como una forma de limitar los costos laborales con los cua­les se encontrarán los futuros nuevos propietarios” (La Nación, 28/9/92); 3) “el pliego de privatización no establece nin­gún tipo de obligación con respecto a metas de inversión, compromisos de exportación o mantenimientos de perso­nal” (El Economista, 22/5/92); 4) Las deu­das de Somisa las absorbe el Estado, con excepción de la deuda comercial que, se­gún Erman González, sería de 250 millones de dólares, aunque cuando se dio a conocer el pliego de privatización se dijo que rondaban “entre 40/50 millones de dóla­res" (El Economista, 22/5/92).

D. D.


Estafa Konersaloado: Cavallo regala 200 millones a tres socios de la Fundación Mediterránea

Nobleza-Piccardo, como Pirelli, Shell, Firestone, se mandaron una estala impositiva de más de 200 millones de dólares comprando créditos fiscales falsos al grupo Koner-Saigado, quien ha­bría perpetrado la mayor defraudación impositiva del siglo. La compra de estos créditos fiscales falsos era motivo suficiente para mandaren cana a los representantes, como fue preso Héctor Salgado, del grupo Koner. Porque si éste estafa­ba con la venta, los otros lo hacían con la compra Pero el “duro" de Cavallo se contentó con anular aquellos créditos y exigir a las empresas que pu­sieron el monto de la estafa, esos 200 millones de dólares.

A fines del año pasado, sin embargo, el “duro "tuvo una reunión secreta con el presiden­te de la British American Tobacco (Nobleza), en la que acordaron pasar la cuestión a un arbitraje Internacional. El presidente de la British Ameri­can Tobacco le escribió a Cavallo para que agilizara el trámite; “consecuente con nuestra entrevista del 28 de noviembre” de manera que “nuestros respectivos abogados puedan trabainr juntos, s su debido tiempo, para preparar un compromiso formal de arbitraje” (Página 12,3/11/92).

Ahora con el “cavallista" García Lema, Procurador del Tesoro, adelantó que se emitirá un dictamen favorable al arbitraje, ratificando el dictamen de la división de Asuntos Jurídicos de la Dirección Nacional de Impuestos. Automática­mente, Firestone, Shell, Pirelli y decenas de empresas quedan amparadas en ese recurso y eximidos de la paga de los 200 millones de dólares.

Nobleza-Picardo, Shell, Pirelli, son socios activos de Fundación Mediterránea, de la que Cavallo recibe un sueldo de 8.000 dólares por mes. Pero no es ésa la razón que lo movió a concordar con el pedido de las empresas estafa­doras. Su vocación con la rapiña y estafas capi­talistas están más allá de un sueldo.

D. D.