"Regreso a Fortín Olmos"

Seguir
Documental de Patricio Coll y Jorge Goldenberg
Fortín Olmos es un pueblo del norte de Santa Fe. El documental "Regreso a Fortín Olmos" recorre la experiencia de la cooperativa que un grupo de curas católicos y activistas laicos montó en ese pueblo entre 1960 y 1975. La experiencia comenzó como una forma de reinsertar en el circuito laboral a los hacheros que quedaron desocupados luego del cierre de La Forestal. Esta empresa de capitales extranjeros, que durante décadas devastó los recursos naturales del norte argentino, se retiró del país en la década del 60.
El regreso al pueblo del agrónomo de la cooperativa comienza el relato, con entrevistas a algunos de los sacerdotes y profesionales que participaron de la experiencia. Los autores, Patricio Coll y Jorge Goldenberg, también emprenden su propio regreso al pueblo, ya que en 1966 filmaron allí "Hachero nomás".
El recurso de las entrevistas intercaladas con imágenes del film original está logrado y, aunque no es llamativo, logra interesar. En esto cobra gran importancia la expresividad e interés que muestran los personajes en contar la historia. El film se apoya en un gran trabajo de edición. Un párrafo aparte merece la docente del pueblo, uno de los mejores villanos del cine contemporáneo.
De las mismas entrevistas, se va desprendiendo el reconocimiento del fracaso de la experiencia cooperativa, que se intuye por el hecho de que ninguno de los entrevistados vive actualmente en el pueblo. En el propio relato de los protagonistas va tomando forma la idea de que el intento de reconstruir una sociedad a partir de la democracia de base y el cooperativismo chocaba con las relaciones sociales existentes (producto de cien años de actividad de La Forestal). "Así descubrí la lucha de clases", relata el agrónomo con cara de ingenuo asombro. Claro está que una cooperativa compuesta por los patrones (ex contratistas de La Forestal) y los hacheros, sin tierra, sin instrucción, esclavizados hasta que la empresa los abandonó (...hacheros, nomás...) está destinada al fracaso o a ser un instrumento más de la explotación patronal. La política de los sacerdotes y profesionales que los acompañaban se basaba en el ‘compromiso solidario' y en un intento de mediación entre el capital y el trabajo. Un fracaso inevitable. Paradójicamente ninguno de los protagonistas reflexiona sobre lo que relata; conservan, todavía, las pretensiones y prejuicios pequeñoburgueses que han reforzado desde el exilio.
¿Se le pueden achacar a la película las contradicciones de sus personajes? Sí, es aquí donde hace agua. Por más que intente una visión imparcial, la búsqueda y elección de sus personajes y la edición de las entrevistas son elecciones subjetivas de sus autores. La ausencia de conclusiones políticas, reemplazadas por el anecdotario de intervenciones de montoneros y visitas de "evangelizadores trotskistas", convierte a la película en un relato inocuo y vacío de perspectivas. Por otra parte la ausencia de una contextualización histórica, tanto de La Forestal como de los gobiernos que se sucedieron en el periodo en que funcionó la cooperativa, deja inconcluso el necesario balance sobre las presiones del capital que desembocaron en su fracaso.
Los protagonistas y el tono general de la película prefieren achacarlo a que "en aquella época cualquier emprendimiento solidario era considerado subversivo". Con eso dejan cerrada la puerta, que parecieran querer abrir con la elección del tema, de un balance sobre el ejercicio del poder y las relaciones sociales capitalistas.