Después de dos meses y medio, Cristina Kirchner volvió a Buenos Aires. Igual que en la primera oportunidad, lo hizo convocada por la Justicia. Durante esta semana deberá presentarse en el juzgado de Bonadío, donde será notificada de un embargo de 15 millones de pesos por la causa de la venta de dólares a futuro. Por este negociado armado al final de su gobierno, y avalado luego por Macri y Sturzenegger, el BCRA perdió casi 55 mil millones de pesos que fueron directo a los bolsillos de los bancos y las cerealeras.

Este segundo regreso encuentra al kirchnerismo en un estado avanzado de disolución. A diferencia de lo ocurrido en abril, la recepción corrió por cuenta exclusiva de La Cámpora y grupos afines. Buena parte del personal que integraba el FPV ha acelerado su regreso al pejotismo. El Movimiento Evita, incluso, ya está negociando con Massa; en Córdoba se ha incorporado al gobierno de Schiaretti- De la Sota.

La convocatoria a conformar un Frente Ciudadano, que la propia Cristina Kirchner realizó desde los tribunales de Comodoro Py en abril pasado, nació muerta. No sólo los destinatarios ignoraron olímpicamente la propuesta. La ex presidenta tampoco hizo nada por ella. Se recluyó en el sur del país, sin pronunciarse sobre los principales sucesos nacionales. Sólo rompió el silencio para rechazar la ley previsional de Macri. Pero fundó el rechazo no en confiscación de los derechos previsionales que la ley establece, sino argumentando que el aumento miserable de los haberes anunciado por Macri desfinancia a la ANSES.

En la otra oportunidad que Cristina Kirchner rompió su silencio fue para defenderse del affaire López. A través de su Facebook señaló que no era ella quien le había dado la plata a su ex funcionario, que manejó la obra pública del kirchnerismo de manera ininterrumpida durante más de dos décadas. El intento de zafar de su responsabilidad no conformó ni a los propios. Hasta Verbitsky señaló que la explicación “sonaba a poco”. Y no era para menos. Cristina Kirchner debió explicar los sobreprecios pagados a la obra pública, que permitieron que sus socios comerciales logren amasar un patrimonio varias veces millonario, que nunca fue declarado a la AFIP. Pero no sólo dejó esta cuestión sin aclarar, sino que tampoco explicó su propio crecimiento patrimonial.

El affaire López fue utilizado por sus ex subordinados del FPV para acelerar la vuelta al pejotismo, acercando posiciones con Macri. Pero este acercamiento es previo a la detención del número dos de De Vido. Por lo pronto, el bloque de senadores del FPV votó el pacto con los fondos buitres y los gobernadores pactaron con Macri el blanqueo de capitales y la distribución de fondos de la coparticipación federal.

El silencio de Cristina Kirchner sobre estos hechos estuvo dictado por su propia política. Durante su reclusión en Santa Cruz debió enfrentar un estado de virtual huelga general de los trabajadores públicos y privados contra el ajuste que el gobierno de su cuñada quiso y quiere aplicar. Se trata de un ajuste que sigue al pie de la letra el libreto macrista, incluido aquí el endeudamiento por 10.000 millones de pesos votado ilegalmente por la Legislatura. Una de las virtudes que le debemos a lucha obrera de Santa Cruz es el haber eliminado por completo toda veleidad ´progre´ del kirchnerismo, mostrándolo como lo que es, una fuerza interesada en el ajuste capitalista contra las masas.

La agenda de Cristina Kirchner en este segundo regreso estará determinada por su situación judicial, que es más que comprometida. El resultado final de las acciones judiciales no dependerá de las pruebas reunidas, sino de la posición que termine predominando dentro del gobierno y entre los capitalistas, que temen con razón que salte a la luz un esquema de corrupción que abarca a los principales grupos económicos del país y funcionarios del actual gobierno. Un ´lavo jato´ local sería mortal.

El kirchnerismo llama a defender a Cristina Kirchner, cuando de lo que se trata es de defender a los trabajadores y a la juventud del ajuste macrista desarrollando una alternativa política propia.