Algunos diarios han hecho notar que la ley de obediencia debida ampliada significará el cierre de la causa por violación de derechos humanos que se tramitaba contra el jefe del ejército, General Caridi. Dado el papel protagónico de este hombre en la presión ejercida en la sesión para hacer aprobar la ley que incluye a los grados superiores de las tres armas, surge que Caridi ha dictado su propia amnistía. No conocemos, francamente, ningún otro caso en que el reo haya sustituido, como en este caso, al juez en el dictado de su propia sentencia. La sustitución de las instituciones constitucionales por las corporativas, y hasta de los principios del derecho por los fueros personales, es llevado aquí hasta su máxima consecuencia. El régimen democratizante resulta en su práctica un régimen estamentario y de casta. La demagogia democrática se niega cada vez que procura afirmarse en su contenido de clase patronal. En momentos en que los militares de la dictadura hablan tanto de su honor, ¿cómo no constatan que Caridi no ha pedido que se le releve de los beneficios de la ley, para mostrar que puede salir impune de un proceso judicial? ¿O es que se admite que las FFAA puedan ser comandadas por un reo que ha esquivado la sentencia judicial?