La pericia realizada sobre el proyectil que hirió al compañero Rodrigo Barreiro, cuando la policía de Sapag actuó como soldado de Chevron en la Legislatura, dice que "la hipótesis más razonable es que la herida sea el resultado de un disparo" y que el proyectil metálico es "compatible" con los cartuchos que usó la policía ese día.

Esto arroja por la borda la absurda teoría de Sapag, que habló del uso de una tumbera entre los propios manifestantes.

Como le pasó a Duhalde en Puente Pueyrredón, las pericias desmienten la versión oficial: a Barreiro lo baleó la policía de Sapag.

Exigimos el juicio y castigo a todos los jefes policiales que actuaron ese día y una investigación independiente sobre los escuadrones que arremetieron a puro disparo contra los manifestantes. El fiscal de la causa está más interesado en sostener la versión de Sapag que en investigar a fondo lo que podría haber sido el segundo fusilamiento público de un manifestante en Neuquén.