Políticas

13/12/2007|1021

Retenciones a las exportaciones mineras

Tarde y poco

Después de varias semanas de rumores sobre la “inminente” instauración de retenciones sobre las exportaciones mineras, una resolución de la secretaría de Minería anuló la exención que beneficiaba a las grandes exportadoras mineras radicadas en el país antes de 2002.


Con esta medida, comenzarán a tributar entre el 5 y el 10% de retención. En lo inmediato la medida comenzó a aplicarse a dos firmas radicadas en Salta (Borax y Boratos argentinos) y a otras dos en Catamarca (Minera Alumbrera y Minera del Altiplano). Aun no está claro el listado definitivo de las firmas a los que se les anulará la exención. Pero según publicaciones periodísticas de Catamarca, “lo curioso del caso es que los emprendimientos a los que se les ha aplicado la retención, sin que exista aún un decreto formal del presidente de la Nación, son exclusivamente los radicados en las provincias de Salta y Catamarca, quedando al margen las explotaciones con enclave dispuesto en Santa Cruz y San Juan” (Catamarca Actual, reproducido en El Pregón Minero 1927, 6/12).


Seguramente, con el correr de los días, las retenciones se aplicarán a todo el sector e incluso se anticipa que puedan incluso ser mayores y móviles, según los precios internaciones que alcancen los metales (un caso similar al que se aplica a los hidrocarburos).


La minería es un caso grosero de superbeneficios para los grandes pulpos internacionales que se radicaron en los últimos diez años y que han visto incrementar sus ganancias en forma descomunal debido a los altos precios internacionales que alcanzaron desde hace tres años los metales, especialmente el cobre, el oro, la plata el zinc y el plomo entre los producidos en el país.


La ley menemista les garantizaba estabilidad fiscal por 30 años. Cuando en 2002 Duhalde declaró la emergencia económica e implantó las retenciones, eximió a la minería de las retenciones y hasta de la obligación de liquidar las divisas a través del Banco Central. Kirchner mantuvo estos privilegios durante todo su mandato. Las regalías, por la misma ley menemista, no podían superar el 3 por ciento del valor en bocamina, una bicoca para cualquier parámetro internacional. Además, el valor en bocamina lo declaran las propias mineras.


Desde 2002, los pulpos mineros no sólo se embolsaron íntegra la devaluación. Sus precios internacionales se multiplicaron por cuatro, en el caso del cobre, y por tres, en el del oro, mientras la mayoría de sus costos quedaron pesificados (salarios, combustible, energía, etc.). Alumbrera, Cerro Vanguardia (en Santa Cruz) y Veladero en San Juan pasaron a ser las minas más rentables del mundo. Por eso hay proyectos en danza con inversiones por decenas de millones de dólares.


La Aduana acaba de reconocer que, aun a la tasa casi simbólica del 10 por ciento, las retenciones que se dejaron de percibir desde 2002 por el cobre y el oro son de cerca de mil millones de dólares. Todo un regalo. El dólar alto es para las mineras un super-regalo pues sus costos dependen casi nada de insumos importados. Se lo embolsan completito. En países con fuertes exportaciones mineras como Chile, el peso no se devaluó sino que se revaluó ante el masivo ingreso de divisas por el cobre (lo que por supuesto provocó la queja de otros pulpos exportadores que no gozan de semejantes precios internacionales).


Las retenciones, además de tardías y minúsculas para los actuales precios de los metales, son también una primereada del fisco nacional a las arcas provinciales, que venían reclamando un incremento de las regalías (que cobran las provincias) hasta el 10%. El secretario de Minería de Catamarca (radical K pero que no come vidrio) declaró al conocer las retenciones que les van a disminuir las regalías recaudadas porque les va a disminuir el valor del mineral sobre el cual se calculan (El Ancasti, 6/12).


La Cámara de los empresarios mineros (CAEM), como era de esperar, puso el grito en el cielo. Buscarán que las retenciones no superen el 10 por ciento vigente, y que en el caso de que se las transforme en móviles, los valores de referencia se coloquen en los altos precios actuales. El gobierno nacional y popular pretende arañar una costra de la gigantesca renta minera para disponer de recursos para pagar la deuda del Club de París y a los bonistas, como se lo están reclamando los mismos países de donde son oriundos los pulpos mineros.