Políticas

6/3/1997|529

Río Negro gana las calles

El gobierno de Pablo Verani, una virtual agencia del Banco Mundial, está al borde del derrumbe. La provincia se ha sublevado contra el descuento forzoso de una cuarta parte del salario y la enésima ‘racionalización’ de los estatales, que constituyen el grueso de los trabajadores de la provincia. Desde hace un mes se suceden movilizaciones cada vez más masivas: más de tres mil trabajadores y vecinos (!!) acaban de marchar en Viedma el pasado viernes 27; más de mil marcharon en Roca. Los docentes agrupados en Unter resolvieron la huelga por tiempo indeterminado desde el primer día de clase. Para ese día, el 10 de marzo, se plantea un paro activo provincial.


El salario de los estatales fue rebajado de un 18 a un 25%, un ‘ahorro forzoso’ que el gobierno presenta como transitorio –cuatro meses–; pero esto es sólo el punto de partida. La devolución de la rebaja salarial está condicionada al ahorro en el gasto salarial de aquí en más, lo que plantea una nueva reducción de personal a través del régimen de retiro, la no reincorporación de los contratados y “la desvinculación de otros trabajadores del Estado … (a través de la tercerización de servicios)” (Río Negro, 2/2).


Esta nueva sangría a los estatales es una confesión del fracaso del ‘interventor’ Verani (ex vice de Massaccesi) y del Banco Mundial. En trece meses, la confiscación a los trabajadores casi no tiene parangón con el resto del interior. En diciembre del 95 fueron emitidos bonos por cien millones de pesos que fueron canjeados “hasta por el 34%” de su valor (ídem, 25/1). En julio del 96 se redujeron los sueldos en un 14,5% (rebaja del plus por zona desfavorable); en diciembre, una nueva rebaja. El gobierno adeuda medio aguinaldo del 95, todo el del 96, horas extras, guardias, etcétera, lo que permite prever que el ‘ahorro’ nunca será devuelto. El gobierno dispuso, además, el ‘retiro’ de 2.000 trabajadores estatales, ‘privatizó’ el Banco provincial y la empresa de energía eléctrica, y transfirió la Caja de Jubilaciones a la Nación.


Crisis política


Esta inmensa confiscación ha llevado a las masas a una situación insoportable y no ha abierto ninguna perspectiva. Literalmente fundido –adeuda a los municipios cinco meses de coparticipación–, el gobierno tiene como política malvender lo que queda del patrimonio público –la empresa de agua, el Instituto de Obras Sociales–, reducir la masa salarial y extremar el cobro de impuestos, lo que sólo puede llevar a una crisis mayor. “En ámbitos partidarios (de la UCR) se temía un acuerdo que el gobernador habría sellado con acreedores de la provincia como el Banco Galicia, para mejorar los términos de la deuda a cambio de la empresa (de aguas)” (Río Negro, 25/2).


Todos estos factores hicieron estallar la crisis política. La mayoría del bloque radical tomó distancia del gobierno planteando que “no vamos a acompañar las exigencias menemistas de despidos masivos, ni la municipalización de servicios de salud y educación, ni la privatización de DPA (agua) ni la entrega de la obra social a sistemas de medicina prepaga” (ídem, 26/2). Verani amenazó con renunciar, pero no pudo evitar que se astillara “el patio trasero del poder … por primera vez en trece años” (ídem). El gobierno menemista, a su vez, negó toda ayuda financiera porque duda de la viabilidad de Verani, porque está quebrado por una crisis en la que Río Negro es sólo un engranaje, y porque no quiere que se pudran los negocios que la banca está a punto de lograr en la provincia.


El ‘poder’ de Verani deriva del ‘mandato’ del Banco Mundial, que ofrece una refinanciación de las deudas de la provincia ‘si se elimina el déficit’, y de la burocracia sindical de UPCN, que ha pasado a ser una virtual dependencia del Estado.


¿Quién fundió a la provincia?


La provincia arrastra una deuda de 700 millones de pesos, que proviene del vaciamiento delictivo del Banco provincial, del endeudamiento para afrontar los créditos incobrables de ese Banco y la virtual huelga impositiva de los capitalistas. José Luis Machinea, asesor del gobierno y mentor del ‘paquetazo’ antiobrero, no tiene vergüenza en reconocer que “la evasión impositiva es muy grande … en el (impuesto) inmobiliario es más alta que en otras provincias, superior al 50% … seguramente los que no pagan no son los empleados estatales” (ídem, 27/1).


Una política para derrotar a Verani


La extraordinaria movilización popular no ha logrado, sin embargo, hacer avanzar un paso las reivindicaciones en juego. Las direcciones sindicales opositoras han optado por encolumnarse detrás de las Multisectoriales y renuncian a orientar la lucha hacia su unificación y la huelga general. Esto debería llevar a la formación de coordinadoras intergremiales de trabajadores de cada ciudad y localidad, que se propongan la huelga general junto a los docentes y que confluyan en una gran Coordinadora provincial, con delegados electos y revocables por las asambleas locales.


Una política de victoria requiere la acción de las masas y una política independiente de las Multisectoriales, que están buscando la vía del salvataje del gobierno en quiebra, a través del inmovilismo frente a la huelga docente y el llamado a ‘suspender’ el decreto de rebaja salarial para dar paso a una ‘reforma del Estado por consenso’.


Planteamos: paro activo provincial, huelga general, coordinadoras en toda la provincia. En relación a ATE, UNTER, SITRAJUR, el reclamo elemental es que formen un Comando Unico de Lucha para organizar la huelga general, arrancar las reivindicaciones populares y expulsar a la burocracia de UPCN de la provincia.


Que la crisis la paguen los ‘vaciadores’; que se abran las cuentas de la provincia, del banco, de las empresas provinciales y de los capitalistas, y se establezca el control obrero. Fuera Menem-Verani. Fuera el ‘patrón’ Scalise de UPCN.