Políticas

9/4/2020

Romina Del Plá increpó a Rossi: archivos secretos, Fanazul, operación Gringo Gaucho y más

El despliegue de las FFAA en los barrios es para naturalizar su intervención en asuntos civiles. El oficialismo y la oposición derechista lo llenaron de elogios

En la ronda de reuniones informativas con ministros en el Congreso, este miércoles le tocó el turno a Agustín Rossi, ministro de Defensa, que participó por teleconferencia de la Comisión respectiva.


En un largo informe, el Ministro reivindicó el despliegue conjunto de las FF.AA. y el Ejército en el marco de la pandemia para la “entrega de alimentos, acciones de sanidad y de infraestructura sanitaria”. Afirmó que ya se hicieron 493 operativos en todo el país en nombre de estas “tareas asignadas a las fuerzas”.


La dinámica que vienen teniendo estas reuniones con ministros es que, luego del informe inicial, se sucede una catarata de intervenciones de diputados oficialistas con el único eje de elogiar la performance gubernamental, mientras algunos “opositores” cuelan reclamos y demandas asistenciales para las provincias o las empresas. En esta oportunidad, lo más destacado fue el consenso y la reivindicación de la intervención militar de manera abrumadoramente unánime: un coro de elogios sin fronteras al Ejército y las FF.AA., entre “progresistas” del Frente de Todos y “derechistas” de Cambiemos -sin descontar al inefable MPN de Neuquén y el diputado “socialista” Contigiani de Santa Fe.


La intervención de Romina Del Plá fue la única voz disidente y, una vez más, mostró el valor que tiene una banca socialista en el parlamento nacional. Nuestra diputada denunció sin miramientos que el despliegue de las FF.AA. y el Ejército en los barrios, poniendo a personal militar a “cocinar” para los pobres, no tiene otro objetivo que profundizar una política de reconciliación con las fuerzas armadas y naturalizar su intervención en asuntos civiles –por mucho que haya insistido Rossi en que no está habilitado en nuestro marco legislativo que realicen tareas de seguridad interior, ¿cómo no interpretar que se va preparando, y no es nuevo, el terreno para ello, naturalizando el despliegue militar en todo el territorio nacional?



Romina dio cuenta de la pretensión de realzar el rol de las FF.AA., con este despliegue asistencial, para revertir su enorme desprestigio producto del rol nefasto que han jugado en todas las dictaduras militares en nuestro país. “Contrariamente a las declaraciones del presidente (por Alberto Fernández) llamando a ´dar vuelta la página´, acá lo que hay que hacer es terminar de juzgar a todos los genocidas y abrir de una buena vez los archivos de la dictadura, de los cual se sigue sin decir una palabra”, sentenció.


Denunció que en La Matanza no es real que “el ejército esté cocinando, simplemente aparecen para la foto, pero lo que hay es 280 voluntarios pelando papas para hacer la comida”, en alusión a los voluntarios que –en muchos casos sin protección- se están poniendo al frente de la tarea. “Sólo se está haciendo propaganda sobre las bondades de una fuerza, que en un contexto en el que no hay ninguna hipótesis de conflicto externo, no tiene razón de ser”.


Nuestra diputada también insistió con el reclamo sobre la situación de la Fábrica Fanazul, que fue cerrada definitivamente por la Dirección General de Fabricaciones Militares a inicios de 2018, dejando a 220 trabajadores especializados en la calle y dándole un fuerte golpe a la vida económica y social de la localidad bonaerense de Azul -con cuyos trabajadores realizamos oportunamente una importante Audiencia Pública en reclamo por su continuidad y la defensa de todos los puestos de trabajo. Romina le recordó a Rossi su promesa de campaña electoral a favor de reabrir Fanazul y acusó que, contrariamente a eso, “lo que está pasando ahora es que se están desmantelando sus laboratorios”.


Por último, Romina increpó al Ministro sobre las llamadas “acciones de defensa nacional”, volviendo con nuestra denuncia sobre la aprobación de operaciones como el Gringo Gaucho, que implica ejercicios militares conjuntos con las fuerzas militares norteamericanas, que mantienen una relación de sometimiento imperialista con nuestro país y toda la región – como sostuvo frente a Rossi: “fuerzas que terminando atacando a pueblos hermanos como el de Venezuela”.


Romina concluyó reclamando que en lugar de enaltecer y reforzar a las fuerzas represivas en el combate a esta pandemia, “lo que hay que hacer es poner todos los recursos a centralizar el sistema de salud y poner todos los hospitales militares al servicio de un sistema único, que incluya al sector público, privado y de obras sociales”.


Las respuestas del Ministro: una confirmación de nuestras denuncias


Rossi se detuvo a responder uno a uno prácticamente todos nuestros planteos. Si bien omitió referirse a la política de reconciliación y rescate de las fuerzas militares, reafirmó su compromiso con la tarea de poner en pie una “política de Estado de la defensa nacional”, argumentando que “durante muchos años no hubo espacio para eso. Ahora hay una enorme oportunidad”. Si no hubo espacio, no fue por falta de voluntad de los distintos gobiernos, sino por el rechazo popular a fuerzas manchadas con la sangre de los 30 mil detenidos-desaparecidos. La “oportunidad” ahora es el combate al virus, en el pasado intentos similares tuvieron lugar bajo el pretexto de la guerra contra el narcotráfico o la ayuda humanitaria. Bien visto, no hay nada nuevo bajo el sol.


Sobre Fanazul, sostuvo que están “viendo cuál es el destino y hacia donde tenemos que orientar el trabajo de la fábrica”, que lo único que falta es hacer “una auditoría técnica” para “encontrarle un destino” a la producción. Le ahorramos la tarea: Fanazul es una fábrica que podría producir alcohol en gel y otros insumos químicos tan necesarios para enfrentar la pandemia. Sólo debe disponer urgente los recursos para su funcionamiento y la reincorporación de todos sus trabajadores, perfectamente calificados para la tarea.


En relación al reclamo por la apertura de los archivos de la última dictadura, afirmó que fueron desclasificadas 280 actas secretas, que se entregaron a varias universidades y organismos de DD.HH. y que “no descarta” que puedan existir otro tipo de archivos. ¿Cómo que no descarta? El Ministro parece omitir que él tiene los resortes del poder del área.


Finalmente, Rossi quiso lavarse las manos con el operativo Gringo Gaucho diciendo que se limitó a hacer aprobar la resolución “del gobierno anterior” –sin explicar qué lo obligaba a ello.


La intervención del Partido Obrero, una vez más, rompió la fantasía de la “unidad nacional” en defensa de un supuesto interés general que, paradójicamente, necesita ser custodiado por personal militar. No nos vamos a cansar de insistir en que no necesitamos reforzar el poder de los milicos, custodios últimos de un régimen en profunda crisis. Lo que necesitamos es control popular en las barriadas y lugares de trabajo para que la crisis no siga siendo descargada sobre los trabajadores.